Situado a las puertas del desierto en la localidad jordana de Naour se encuentra un nuevo lugar de peregrinación cristiana que atrae a fieles de la región pero también a los propios musulmanes. Se trata del santuario de Nuestra Señora de Lourdes, una gruta donde se venera a la Virgen María bajo la advocación que se apareció en los Pirineos franceses a Santa Bernadette.
A este lugar llega a ver a la Virgen la minoría cristiana de Jordania, pero también los propios musulmanes quieren acudir a visitar a María. Incluso, durante los últimos meses están empezando a llegar grupos de peregrinos extranjeros. Y siendo la Virgen de Lourdes no podían faltar los enfermos y ancianos que vienen a ponerse a los pies de la madre de Cristo.
Para impulsar este lugar de peregrinación y alentar a los cristianos jordanos visitó esta iglesia recientemente el obispo de Lourdes-Tarbes, monseñor Nicolás Brouwet. El prelado estuvo varios días en el país y visitando alguno de los lugares de Tierra Santa como Betania o el Monte Nebo.
La gruta en la colina del desierto jordano
Pero uno de los elementos centrales fue su estancia en Naour, donde visitó la iglesia de piedra blanca que se alza en la colina y en la que se encuentra la gruta. Allí el obispo francés bendijo el lugar que lleva el nombre de su querida Lourdes.
Tal y como recoge Cari Filii News, su presencia fue una auténtica fiesta en Naour, localidad de 65.000 habitantes en la que viven unos 3.000 cristianos. Miles de personas, entre ellas también musulmanes, acudieron a la iglesia. Presidido por el obispo francés rezaron vísperas, hubo una procesión con la Virgen, una vigilia de oración con los jóvenes y el acto central fue la celebración de la Eucaristía.
En declaraciones al diario La Croix, el obispo Brouwet aseguró que “mi visita al reino (Jordania) es sobre todo un signo de aliento. Jordania no está en guerra, pero su comunidad cristiana local, a diferencia del resto de Tierra Santa, no es tan visitada. La razón fundamental para mi visita aquí es, por lo tanto, hacer que los cristianos de Oriente que son muy minoritarios aquí –alrededor del 4% de la población- se sientan parte de una comunidad más grande, la de la Iglesia Universal. Además de la bendición de esta nueva gruta de Naour, este viaje también ha sido una oportunidad para conocer a los refugiados y a los principales actores del diálogo islámico-cristiano, en una sociedad famosa por su sentido de la hospitalidad y la calidad de su diálogo interreligioso”.
El sueño de tener un santuario de Lourdes
El padre Rifat Bader, párroco de Naour y director del Centro Católico de Estudios y Medios de Comunicación de Jordania, adscrito al Patriarcado Latino de Jerusalén, afirmaba que “siempre había soñado con ver nacer aquí un santuario de Lourdes, que también podría atraer a los musulmanes, muy sensibles a la figura de María.
“Esperamos que las agencias de viajes internacionales nos envíen grandes grupos de peregrinos aquí: los fieles filipinos e italianos ya han comenzado a venir”, confirma el párroco jordano.
El santuario mariano erigido en Jordania ha encontrado un fuerte respaldo también de los vecinos musulmanes, tanto por el diálogo interreligioso como los beneficios que puede traer para todos los vecinos un santuario de estas características.
El hermanamiento entre Lourdes y Naour
El alcalde de Naour, el musulmán Zayed Sawah´ir, afirmaba: “Estamos muy contentospor esta iglesia para nuestros hermanos cristianos, que podría traer a mucha gente”.
Uno de los católicos que vive en esta ciudad, aunque en realidad procede la sufriente Alepo añadía que “en un país donde los cristianos son minoría, esto nos permitirá abrirnos a los demás desde otros horizontes”.
El obispo francés está encantado con el hermanamiento que se ha creado entre Lourdes y Naour, y durante la misa que presidió insistió en recordar el desafío que comparten ambos lugares: “Lo que tenemos que hacer por encima de todo es llevar a María por madre…”.