Shadi Khalloul, de 42 años, cristiano maronita, capitán en la reserva del ejército israelí, ha sometido al gobierno de Benjamin Netanyahu el proyecto de construcción de una ciudad en el norte del país exclusivamente para arameos cristianos. Khalloul es presidente de la asociación de cristianos arameos de Israel y miembro del Philos Project, una organización de políticos, periodistas e intelectuales cristianos con sede en Nueva York y comprometida con “el cambio en Oriente Próximo”. En las elecciones de 2015 fue también candidato al Knesset (parlamento) por el Partido Sionista Judío.
Los arameos, explica Khalloul, son “nacidos en Israel y descendientes de los primeros creyentes en Cristo”. Su lengua no está muerta. Por eso, cuando Khalloul, durante sus estudios universitarios en Nevada, escuchó esa idea, comprendió que su misión era preservar la lengua y la cultura de su pueblo.
La idea de la ciudad “pretende reforzar Israel como Estado mostrando al mundo que nosotros, los israelíes, construimos y preservamos la comunidad aramea como único país para los cristianos perseguidos en el Cercano Oriente… Como minoría”, añadió, “queremos vivir como cristianos arameos indígenas y tener una única ciudad aramea donde preservar nuestra fe cristiana, la lengua aramea, nuestra identidad étnica y nuestra herencia, y mostrar mejor nuestras raíces comunes con los judíos”.
La ciudad se ubicaría en el norte de Israel con el nombre Aram Hiram: de Aram, procedente de los reinos amrameos bíblicos, e Hiram, el rey que suministró a Salomón la madera de cedro del Líbano para la construcción del Templo de Jerusalén.
En septiembre de 2014, el ministro del Interior israelí firmó una medida para reconocer la identidad nacional aramea y que 200 familias cristianas pudieran establecerla en su documento de identidad, más que como árabes. Los obispos de Tierra Santa consideraron entonces la medida como un intento de separar a los cristianos palestinos de los demás palestinos “por motivaciones ideológicas”.