Tierra Santa, cuna del cristianismo, es un crisol de culturas, lenguas y tradiciones. Entre los mismos seguidores de Cristo hay numerosas comunidades e iglesias con tradiciones centenarias que buscan custodiar su legado y que no desaparezca.
Esto es precisamente lo que ha intentado hacer el monje siro-ortodoxo Boulos Khano. Tras un largo y exhaustivo trabajo ha completado la redacción de los Evangelios en siriaco antiguo. Esta obra ha sido íntegramente manuscrita y presentada en un volumen de tapa roja, color elegido por simbolizar la sangre de Cristo. Por su parte, las páginas están decoradas en oro, color con el que se representa a Cristo Rey.
En declaraciones al Christian Media Center, el monje ortodoxo residente en Jerusalén habla de los motivo que le han llevado a realizar esta obra asegurando que ha respondido “a una llamada de Dios de revivir la lengua aramea en este país, aquí en Tierra Santa, donde vivió el Señor Jesús”.
Precisamente, el padre Boulos afirma que esta llamada la sintió el año pasado en pleno confinamiento por la pandemia mundial de coronavirus.
«Sentí el deseo de escribir el Evangelio en arameo, y me dije: ‘Señor, si esta es tu voluntad, dame una señal’. Al día siguiente vino una paloma a posarse en mi ventana: nunca había pasado y pensé que era una señal del Señor, pero aún no estaba seguro. La paloma también volvió al día siguiente, y al día siguiente, y entonces me dije a mí mismo que realmente era una señal del Señor».
Tras ver confirmada esta misión el padre Boulos comenzó con el Evangelio de San Marcos, y asegura que lo eligió primero “porque vivo en el monasterio de San Marcos, y además porque es el más corto, con 16 capítulos. Me dije a mí mismo: ‘vamos a probar y ver si puedo hacerlo’”.
En sus días de trabajo seguí siempre la misma rutina: “apagaba el móvil y cerraba la puerta, encendía una vela e incienso, y ponía mi mano sobre la Biblia para bendecirme a mí y a mi trabajo, y evitar errores”.
La antigua escritura siríaca era utilizada por los padres siríacos en el siglo XIV. Hoy en día todavía es utilizada por las iglesias ortodoxa siria, sirocatólica y maronita. Es mucho más compleja y complicada que la moderna. El padre Boulos ha utilizado pergamino realizado con piel de oveja, utilizando plumillas especiales.
«Estamos orgullosos de nuestra historia: valoramos nuestra Iglesia, la ciencia y el idioma», señala este monje ortodoxo.
El padre Boulos ha escrito a mano más de 4.000 textos en siríaco antiguo, extraídos de la Biblia, para difundir el conocimiento de esta lengua. Sus textos también han sido reproducidos en varios objetos, donados a representantes políticos o religiosos, pero también a escuelas y asociaciones, para mostrar que el lenguaje de Cristo sigue vivo hoy.