Siete meses después de que haber comenzado oficialmente la causa de beatificación de Carmen Hernández, ve la luz un nuevo libro sobre la iniciadora del Camino Neocatecumenal publicado por la Biblioteca de Autores Cristianos: Están en ti todas mis fuentes. La sierva de Dios Carmen Hernández en Tierra Santa (1963-64). Publicado en mayo de este año, es el cuarto volumen que se publica relacionado a la impulsora del Camino, junto con Diarios. 1979-1981, Carmen Hernández. Notas biográficas y La necesidad de la oración en el pensamiento de Pío XII.
El último libro sobre Hernández, escrito por Francesco Voltaggio y Paolo Alfieri, se trata deuna traducción del original italiano publicado por la Editorial Chirico y versa sobre la primera peregrinación que realizó a Tierra Santa durante los años 1963-64, en compañía de su amiga irlandesa Carmel Cooling coincidiendo con el viaje de Pablo VI.
Alfonso Carrascosa, editor del tercero de los libros sobre Hernández, detalla a Religión en Libertad como la propia Carmen se había referido a este viaje en vida, señalando que su realización tuvo lugar por un anhelo personal de conocer Tierra Santa en un momento muy delicado de su vida, después de que no le fuese posible profesar los votos perpetuos como religiosa en el Instituto Misioneras de Cristo Jesús.
El nuevo libro no solo integra las implicaciones de esta experiencia en el futuro desarrollo del Camino Neocatecumenal o las referencias de la protagonista en dicho viaje, sino otros aspectos de interés que han sido recabados por los autores tras vivir y estudiar en Tierra Santa.
Carrascosa relata cómo las dos amigas iniciaron su viaje bajo una «gran precariedad» y «como auténticas peregrinas, con una mochila cada una, una pequeña tienda de campaña y Carmen con su Biblia debajo del brazo». En principio, el viaje no duraría más de dos meses, pero cuando volvieron a su hogar había pasado cerca de un año.
Un aspecto destacado del libro es lo que Carrascosa describe como «la geografía de la salvación», un «elemento central en la predicación de Carmen Hernández y por extensión del movimiento por ella impulsado. «Dios se ha revelado no solo en la historia, sino también en la geografía», repetía.
Carrascosa también alude al momento en que Hernández expresó como el Señor le concedió que se «abrieran» para ella las Escrituras: «Durante el transcurso de la peregrinación experimentó, con una intensidad nunca antes vivida, que las Escrituras hablaban de la historia de salvación que Dios quería realizar a pesar de las adversidades. Que dicha historia no era otra que la que había llevado a cabo Dios con el pueblo de Israel y la misma que quiere realizar con cada hombre, entregándole a su Hijo Jesucristo para su salvación».
Limpiando casas de judíos
Aunque el viaje a los Santos Lugares provocó en Carmen un «bien espiritual», su visita no estuvo exenta de otras dificultades espirituales o materiales, que le obligaron por ejemplo a buscar trabajo limpiando casas de cristianos, judíos y musulmanes, que quedaban «encantados del amor con que lo hacía».
Carmen Hernández en Tierra Santa.
Junto con la historia, la geografía mantiene su protagonismo a lo largo de buena parte del libro, pues la misma Carmen veía los Santos Lugares como lugares teológicos, que quedan plasmados en el volumen mediante un abundante material gráfico que ocupa la mitad de la obra.
La conexión del Camino con Israel
«Esta riqueza de imágenes tiene también un valor histórico en el sentido de que permiten hacernos una idea del estado de Tierra Santa y de los Santos Lugares en dicha época y las fotografías nos facilitan ver mucho de lo que Carmen vio en aquel inolvidable viaje», relata Carrascosa.
Lo que vio no fue poco. Y todo ello queda plasmado en este amplio volumen, desde la visita a la Escuela Bíblica de Jerusalén, el «casual» encuentro con el Papa San Pablo VI, los contactos hechos con religiosas y franciscanos, la evangelización de los lugares donde trabajaban las dos fieles o las noches en vela rezando son solo algunos episodios y experiencias descritas que influirían en mayor o menor medida en la praxis del Camino Neocatecumenal.
Concluye la obra señalándose que será a la vuelta del viaje cuando Carmen tenga la primera noticia de la existencia de un tal Francisco José Gómez Argüello Wirtz, a quien desconocía y con quien también de manera providencial, emprenderá «la peregrinación» que durará hasta su muerte: a juicio de Carrascosa, este será «un elemento más de ayuda para entender que el Camino Neocatecumenal no es una realidad eclesial planificada en un despacho o preconcebida, sino inspirada, y que fue surgiendo progresivamente de una manera providencial».
Amar las fuentes de la fe
En cuanto a los autores, Francesco Giosuè Voltaggio (Roma, 1974) es licenciado en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (2002) y doctor en Ciencias Bíblicas y Arqueología por el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén (2007), y se especializó en el estudio del hebreo moderno en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Ha sido rector y profesor de Sagrada Escritura y de Judaísmo en el Seminario Redemptoris Mater de Galilea (2007-2017), y desde 2017 es sacerdote Fidei Donum en el Patriarcado latino de Jerusalén. Es también coautor de la reciente y más que recomendable guía Tierra Santa. Biblia, arqueología, catequesis, también de la BAC .
Puedes adquirir el libro entrando en este enlace.
Tiene un interesante programa en Radio María titulado A las fuentes de Tierra Santa, cuyos podcasts pueden escucharse aquí.
Por su parte, Paolo Alfieri es sacerdote del Patriarcado Latino de Jerusalén y canonista, es misionero itinerante del Camino Neocatecumenal con destino en Sudán. Se formó y vivió muchos años en Tierra Santa, siendo, entre otras cosas, vicerrector del Seminario Redemptoris Mater de Galilea, donde también fue profesor de árabe.
Completa la obra un prefacio del sacerdote Rino Rossi, actual director del Monasterio Domus Galilaeae del Centro Internacional del Camino Neocatecumenal (Korazim, Israel). El italiano insiste en la conexión de la providencial peregrinación con el posterior desarrollo del Camino Neocatecumenal, permitiendo al lector descubrir la relación directa que el Concilio Vaticano II tiene con todo lo vivido por Carmen y posteriormente trasladado a esta realidad eclesial.
Rino concluye: «Mi deseo es que el libro que tienes en tus manos, querido lector, que posee el mérito de transmitir la experiencia viva de Carmen en Tierra Santa, te ayude a amar las fuentes de nuestra fe, que se encuentran en Cristo, en la Escritura, en la tradición, en la Iglesia, para que puedas realmente experimentar y exclamar primero con el salmista y luego con Carmen».