La historia de la pequeña bebé bielorrusa que sufre atrofia medular espinal está dando la vuelta al mundo tras una imagen viral en la que aparece en la basílica de la Natividad de Belén junto a su madre para pedir a la Virgen y a Jesús que interceda por la pequeña.
Además, esta visita se ha producido en un contexto muy concreto, en plena pandemia de coronavirus y sin la presencia de apenas peregrinos, lo que ha permitido conocer mejor la historia de la pequeña Sofiya.
La niña está siendo tratada en Israel, en el Hospital Infantil Schneider de Petah Tijva, al este de Tel Aviv. En Belén la madre la consagró a la Santísima Virgen y dijo: “Santa María, Madre de Cristo, vengo hoy aquí desde muy lejos para rezar por la salvación y curación de mi niña, Sofiya. Aquí diste a luz a tu hijo Jesús. Tú eres madre. Conoces el dolor de perder a un hijo. Sabes lo que es el dolor de una madre. Te ruego, queridísima madre María, tu oración para salvar a mi Sofiya, tu oración para que pueda salvarme y ayudarla, tu oración para librarnos de esta aflicción y de nuestro desamparo. Queremos vivir para honrarte con felicidad y alegría. He venido desde lejos a tu casa en Belén porque aquí alumbraste milagrosamente a Jesús. En este lugar te pido que intercedas por un milagro para mi Sofiya”.
«Toda mi vida quise venir a los lugares santos»
Debido a su tratamiento en Israel, Sofiya está pudiendo recorrer junto a su familia las iglesias de Tierra Santa. “Como cristiana, toda mi vida quise venir a los lugares santos de Tierra Santa y cuando se me ocurrió el desafortunado incidente con Sofiya, decidí ir al lugar más identificado con los bebés, que es la Iglesia de la Natividad en Belén, donde nació Jesús mismo, el hijo de María”, contó Yulia, madre de la pequeña.
De este modo, explica que en Belén “me uní a María y le pedí que me hiciera un gran favor como madre, porque solo una madre puede entender mi inmenso dolor. Allí recé porque María recibió un milagro allí, y creo que el gran milagro de mi vida está por sucederme también a mí, que será la cura de Sofiya”.
Yulia tuvo a Sofiya con apenas 22 años y al mes de haber nacido le diagnosticaron esta enfermedad. “Mi mundo fue destruido. Estaba absolutamente en shock y no podía creerlo”, afirma la madre, recordando que los especialistas le dijeron que estos bebés no suelen llegar a los dos años de edad.
Sin embargo, le dijeron que existía un posible tratamiento, pero que era imposible de pagar para su familia. Cuenta que “después de un tiempo, reuní fuerzas y pensamientos y decidí salvar a mi bebé por todos los medios y comencé una campaña de recaudación de fondos para salvar a Sofiya y llegamos a Israel”.
Tierra Santa, fuente de bendiciones y salvación
Yulia asegura que aunque tenía otros países como alternativa para someterse al tratamiento, decidió llevar a la niña a Israel “básicamente por la combinación de dos cosas importantes”. “Por un lado, el Hospital Schneider de Israel es conocido como uno de los mejores hospitales del mundo para el tratamiento de niños y, por otro lado, como católica devota, Tierra Santa es para mí la fuente de bendiciones y salvación. Creo que combinar ciencia y medicina con fe es una buena receta”.
Por ello, añade que su “capacidad para creer en los milagros se basa en nuestra fe en Jesús, quien realizó grandes milagros en su vida por parte de los habitantes de Tierra Santa e incluso hoy, miles de años después, la gente todavía recibe la gracia en los lugares santos debido a su fe”.
Para ella, “todo el que visita Tierra Santa, su vida espiritual cambia, recibe un refuerzo espiritual que no puede recibir en ningún otro lugar”. “Estoy feliz de haber traído a Sofiya aquí y estoy seguro de que, con la ayuda de Dios y con las oraciones y donaciones de muchos creyentes, veremos un milagro que le salvará la vida”, concluyó.
Puede ayudar a Sofiya pinchando AQUÍ.