Peregrino, no turista; hay que tratarse con los cristianos locales: guía de los obispos ingleses

Los peregrinos cristianos requieren tiempo para orar y meditar en los lugares santos
Los peregrinos cristianos requieren tiempo para orar y meditar en los lugares santos

La Conferencia de Obispos de Inglaterra y Gales ha publicado una guía sobre peregrinaciones a Tierra Santa, animando a los católicos a tratarse con los cristianos del lugar, compartir los sacramentos con ellos y entender que la peregrinación debe tener una dimensión religiosa junto a una de participación social que apoye a las comunidades del país.

El cardenal Vincent Nichols, presidente de la Conferencia Episcopal, ha recomendado esta guía (unas cuantas páginas, en PDF aquí): «Hay que entender las complejidades y vulnerabilidades que afrontan las personas en la tierra donde vivió Jesús y se necesita un apoyo de corazón a las comunidades cristianas, bien juzgado y entregado», escribe Nichols.

Entender la dimensión social del viaje

«Una peregrinación no es un ejercicio político, pero los peregrinos siempre deberían tener oportunidad de entender los temas que afectan a las comunidades e iglesias locales. Cualquier peregrinación debería ser tanto un viaje de fe como una búsqueda orante de justicia y paz«, afirma la guía.

«Una verdadera peregrinación a la Tierra Santa debe también equilibrar la visita a los Santos Lugares con encontrarse con las comunidades cristianas locales», añade el texto.

El texto anima a contratar «una empresa cristiana de peregrinaciones», algo importante porque «se asegura que tu peregrinación apoye y encuentre a la comunidad cristiana local«. Eso incluye el favorecer hoteles, casas de huéspedes y de peregrinación de ambientes cristianos. «Muchos cristianos en Tierra Santa afrontan desventajas económicas, así que es importante usar empresas cristianas cuando sea posible», añade el texto.

Para eso, recomienda usar la guía en la web Cicts.org (Centro de Información de la Custodia de Tierra Santa, en inglés).

También recomiendan usar guías acreditados cristianos, que «no sólo conocen bien los Santos Lugares, sino que entienden las prioridades y sensibilidades de los peregrinos«. Estos guías suelen recibir a los grupos desde el aeropuerto y acompañarlos todos los días.

Ir a misa con cristianos locales

Es bueno que el grupo de peregrinos haga un acuerdo previo para visitar parroquias, instituciones o ONGs católicas en Tierra Santa, un encuentro que los peregrinos recordarán y que a menudo genera amistades sostenidas en el tiempo.

La guía considera importante ir a misa de domingo en alguna parroquia del Patriarcado latino. «Los peregrinos serán recibidos con calidez por la comunidad local, y a menudo les pedirán que lean o canten en inglés. Los peregrinos podrán pasar un rato con los parroquianos después de misa, donde muchas amistades duraderas se forman», dice el texto.

También animan a visitar la sede del Patriarcado Latino o acordar un encuentro con el Patriarca Latino u otros obispos locales. «Visitar escuelas, la Universidad de Belén o el Seminario de Beit Jala son buenas oportunidades de conocer gente y escuchar a los jóvenes cristianos locales», recomienda la guía.

Entre las ONGs y casas de caridad abiertas a recibir peregrinos la guía menciona la St Martha’ House (centro de día para mujeres ancianas), Ephpheta Paul VI (escuela para sordos), L’Arche Bethlehem (discapacitados) o el St John’s Eye Hospital.

Hacer tiempo para orar en lugares santos

Peregrinos y organizadores deben evitar que las prisas dificulten la oración en los lugares santos. Es importante que los guías den tiempo para orar y meditar en esos lugares, además de la explicación. La guía también anima a un tiempo de oración y reflexión en grupo al final de cada día.

Peregrinar, recuerda esta guía, es un acto enraizado en la naturaleza humana, que incluye «actos de devoción, penitencia, acción de gracias y la búsqueda de bendiciones y milagros». El mismo Jesús realizaba peregrinaciones, movido por la fe. «Un peregrino no es un turista piadoso, sino que está en un viaje sagrado para encontrar a Dios, y al encontrar a Dios vuelve cambiado a casa», apunta la guía.

Peregrinar a Tierra Santa tiene el añadido de que puede hacer que los pasajes de la Biblia que lee o escucha en misa adquieren nueva vida y significación. Así, una peregrinación convierte Tierra Santa en un «quinto evangelio», como lo llamaba Benedicto XVI, no escrito en tinta sino en piedra y en paisajes.

Entender a los cristianos locales

La guía dedica varias páginas a explicar los tipos de cristianos que hay en Tierra Santa y cómo están repartidos. Recuerda que entre los católicos los hay de distintos ritos (latinos, melquitas -rito griego y lengua árabe-, maronitas, armenios, siríacos, caldeos…). Hay ortodoxos y orientales de varios tipos (griegos, armenios, sirios, coptos). Y hay protestantes anglicanos, luteranos y evangélicos. Pero abundan las familias mixtas de cristianos de distintos ritos, aunque étnicamente árabes. También hay una pequeña minoría de cristianos de origen judío o inmigrantes de lengua hebrea pero religión cristiana.

La guía recuerda que Jerusalén Este es considerada por la mayor parte de la comunidad internacional territorio ocupado desde 1967. «La Iglesia local ha enfatizado que no es tarea de los cristianos determinar quién, como y en qué condiciones debe gobernarse la ciudad, pero es nuestro deber defender una visión de Jerusalén que sea universal, multicultural, abierta y patrimonio común de todos«, explica la guía.

Los números de los cristianos

Se dan algunas cifras de población cristiana. Hay unos 8.000 en Jerusalén (entre el 1 y 2%), pocos pero importantes en servicios sociales y educativos. Muchos ahora apenas pueden visitar a sus parientes vecinos en Belén y Ramalah.

En Cisjordania hay unos 40.000 cristianos (1 o 2% de la población), de los que unos 25.000 viven en Belén y alrededores. En Ramala viven unos 10.000. En el norte de Cisjordania unos 5.000, sobre todo el el pueblo de Zababdeh. Con escuelas y organizaciones mantienen un vivo tejido social.

La guía considera que en el Estado de Israel hay unos 160.000 cristianos, la mayoría árabes de Nazaret y Haifa, «con plenos derechos y ciudadanía».

En Jordania viven unos 200.000 cristianos, un 2% de la población. Además, han llegado muchos cristianos que huyen de las guerras y persecución de Siria e Irak. La guía detalla que los cristianos de Jordania están mejor económicamente que sus vecinos en Palestina, pero siguen enfrentándose a dificultades sociales y económicas, especialmente los refugiados.

La guía en inglés se puede leer aquí en PDF.

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