Juan Cadarso
Poco tiempo después de que Jesús fuera crucificado, dos de sus discípulos se dirigían hacia una villa llamada Emaús, cuando, en el camino, se les acercó un tercer hombre: Jesús resucitado. La majestuosa Abadía de Santa María de la Resurrección está situada en la localidad cristiano-árabe de Abu Gosh, a diez kilómetros al oeste de Jerusalén, en lo que para muchos expertos era el enclave bíblico de Emaús.
Esta antigua comandancia cruzada del siglo XI, construida sobre un manantial de agua dulce, cuenta actualmente con una iglesia y una cripta que se pueden visitar. Entregada a Francia en 1873, por el sultán Abdülaziz I, hoy en día pertenece al estado francés. Un bello lugar, sin duda, lleno de jardines, palmeras, vides y olivos, donde monjes y monjas benedictinas comparten cada día sus oficios litúrgicos desde el año 1976.
Frescos con mucha historia
Con techos abovedados y anchos muros de piedra, revestidos de algunos de los frescos medievales bizantinos más antiguos del mundo, la preciada iglesia de la abadía de Santa María de la Resurrección fue construida sobre las ruinas romanas de lo que hoy se cree que era la localidad de Emaús. Esta iglesia, de estilo románico tardío y gótico temprano fue construida por los hospitalarios en el año 1140.
Los benedictinos llevan residiendo en la abadía de manera ininterrumpida desde 1976.
Sin embargo, sería el manantial que acoge el terreno de la abadía el que atraería a los romanos, quienes iban a crear en el lugar un sistema complejo de embalses interconectados. Hoy, incluso, se tiene conocimiento de una inscripción de los años cuarenta a. C., del emperador Octavio, que recuerda este período de la historia. La abundancia de agua en la zona seduciría, también, tiempo después, a los árabes, que instalaron allí un caravasar.
Curiosamente, el templo de la abadía, después de la caída de la Jerusalén cristiana, no fue destruido y sirvió de almacén de grano y, posteriormente, de establo. Fue en 1873, cuando las autoridades turcas donaron el lugar a los franceses. En 1900, los benedictinos de la abadía de Belloc añadieron un monasterio a la iglesia y, en 1976, los benedictinos de la abadía de Beck-Elluan se establecieron allí. Un año después se les unieron las monjas.
En la Abadía de Santa María de la Resurrección vive actualmente una comunidad monástica de origen, mayoritariamente, francés. Los dos monasterios, el masculino y el femenino, son completamente independientes en materia económica, y, únicamente los servicios divinos se realizan de forma conjunta, convirtiéndose así, este impresionante templo cruzado, en el corazón de la abadía para ambas comunidades.
Aquí puedes visitar de forma on line la Abadía de Santa María de la Resurrección.
Hoy, este monasterio benedictino es conocido por su propia producción de cerámica, así como por el hecho de que los monjes cultivan flores y otras plantas para la venta. Además, este faro espiritual es, también, un espacio cultural muy popular en todo el país. La abadía cuenta con una hospedería, donde los visitantes de todo el mundo pueden quedarse a descansar unos días.
La localidad de Abu Gosh, donde se encuentra la abadía, es la capital del humus en Israel y un lugar muy frecuentado por turistas y peregrinos. Allí se cree que estuvo el Arca de la Alianza durante 20 años, antes de que el rey David lo llevara a Jerusalén. El antiguo Emaús suele acoger dos veces al año un festival internacional de música vocal y cuenta con otros famosos centros cristianos, como la iglesia de Nuestra Señora del Arca de la Alianza.