Se acerca el fin del decimoprimer día de la guerra entre Israel y Palestina, comenzada el pasado 7 de octubre y que por el momento deja un balance de al menos 3.000 palestinos y 1.400 israelíes muertos, según los ministerios de sanidad de ambos contendientes. El palestino alerta, además, de que podría haber 1.200 fallecidos más bajo los escombros. Respecto a los heridos, las cifras ascienden a 12.500 en el caso de los habitantes en la Franja de Gaza, mientras que los israelíes superan los 4.000.
Un balance negro que se da en plena jornada de ayuno y oración por la paz convocada por el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, para todo este 7 de octubre y a la que se unió rápidamente toda la Iglesia universal.
El Papa: «¡Que no se vierta más sangre inocente!»
El mismo Papa Francisco invitó a los católicos de todo el mundo a unirse a esta jornada de oración por la paz tras el rezo del Ángelus el pasado domingo, llamado que reiteró este martes. “Invito a los creyentes a unirse a la Iglesia en Tierra Santa dedicando el día de hoy a la oración y al ayuno por la paz. ¡Que los rehenes sean liberados, que los civiles no sean víctimas del conflicto, que se respete el derecho humanitario y que no se vierta más sangre inocente!”, exclamó el Pontífice desde redes sociales.
En el caso de los santos lugares, la jornada comenzó a las 7:30 horas de este martes, con el llamado de las campanas de la basílica del Santo Sepulcro y una misa diaria en la que los fieles rezaron por la paz. Paolo Pessina, celebrante de la Misa, se refirió a esta paz como «el primer deseo del Cristo resucitado» para las mujeres y los apóstoles.
Tras la misa, el presidente de la Comunidad Franciscana del Santo Sepulcro, Fr. Stephane Milovitch, llamó a «acoger la paz que el Señor nos ha dado» especialmente en Jerusalén, donde «resucitó» y «venció al mundo».
«Ya no tenemos que tener miedo. A pesar de ello, debemos orar por todos los hombres que sufren en el mundo y tienen la angustia de cuál podría ser su amanecer», dijo. Por ello expresó su «plena solidaridad y comunión de oración con el mundo que sufre en este momento».
Semejantes oraciones tuvieron lugar a las 12:00 horas en la Basílica de la Anunciación, momento en que la comunidad franciscana, peregrinos y cristianos locales se reunieron para rezar el Ángelus y la siguiente oración:
Ruega, oh Madre, por todos nosotros. Ruega por la humanidad que sufre miseria e injusticia, violencia y odio, terror y guerras. Ayúdanos a contemplar con el santo Rosario los misterios de Aquel que «es nuestra paz», para que todos nos sintamos implicados en un compromiso preciso al servicio de la paz. Tenga una mirada particularmente cuidadosa a la tierra donde diste a luz a Jesús, tierra que amaron juntos y que todavía hoy está muy probada.¡Ruega por nosotros, Madre de la Esperanza! Danos días de paz, vela por nuestro camino. Veamos a tu Hijo, lleno de alegría en el cielo. ¡Amén!
La Iglesia española, unida en bloque: «Llamados a ser constructores de paz»
La Iglesia española se unió prácticamente en bloque a esta jornada de oración por la paz y de ayuno, siendo multitud de diócesis las que llamaron a sus fieles a seguir la petición de Pizzaballa, que lamentó encontrarse «en medio de una crisis» que repentinamente desató «un mar de violencia sin precedentes».
El odio, que lamentablemente ya hemos experimentado durante demasiado tiempo, aumentará aún más, y la espiral de violencia que sigue creará más destrucción. Todo parece hablar de la muerte», agregó en su convocatoria.
La Subcomisión episcopal para las Relaciones Interconfesionales mostró este 17 de octubre su cercanía «a todas las familias que en España experimentan el dolor y la preocupación por sus familiaresque habitan en Tierra Santa».
“…Hemos de elevar nuestras oraciones para que puedan abrirse los cauces del diálogo y la fraternidad en medio de este conflicto, que enfrenta a hermanos, independientemente de su nacionalidad, etnia y fe. Que esta oración conforte a los miembros de las distintas comunidades religiosas que trabajan día a día por hacer de la Tierra Santa un Santuario de Paz y Fraternidad», mencionó la comisión.
Por su parte, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), afirma seguir con igual preocupación y solidaridad el conflicto, uniéndose del mismo modo a la jornada de ayuno y oración.
«Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser constructores de la paz y promotores de la justicia. Creemos que la oración y el ayuno son instrumentos poderosos para buscar la reconciliación, la sanación y la paz. Sigamos siendo instrumentos de la paz en un mundo necesitado y confiemos en que, a través de nuestra unidad en la oración y el ayuno, podamos contribuir a la construcción de un futuro más pacífico y justo para Tierra Santa», subrayaron.
Asimismo, expresaron su pesar y cercanía con los afectados, a quienes ofrecieron su «apoyo incondicional».
Animando a todas las comunidades religiosas a la jornada de oración por la paz, llamaron a suplicar «por el fin del derramamiento de sangre, la reconciliación de los pueblos y la restauración de la paz en Tierra Santa».
«Que nuestras oraciones y acciones conjuntas sean un faro de esperanza en medio de la oscuridad del conflicto. Que Dios, en su infinita misericordia, escuche nuestras súplicas y derrame su gracia sobre aquellos que más sufren en Tierra Santa», concluía el comunicado de CONFER.
México «por Tierra Santa»
Otra de las iniciativas de alcance que han tenido lugar esta jornada ha sido el rosario ofrecido por la paz por Terra Sancta México, la Conferencia Episcopal Mexicana, el Instituto del Verbo Encarnado (IVE), Regnum Christi y medios de comunicación como EWTN y ACI Prensa, Catholic.net, Zenit o Desde la Fe.
En este caso, la jornada comenzó a las 12:00 (hora de México), con las palabras del secretario general de los obispos mexicanos Ramón Castro Castro. “La oración es una fuerte palanca que podemos y debemos utilizar como personas de fe. ¡Vamos a hacerlo por Tierra Santa! Esta situación puede desbordarse y causar muchísimas consecuencias negativas para todos. ¡Vamos a hacerlo juntos!», expresó Castro antes de dar comienzo a la jornada.
Según informó ACI Prensa, otros de los participantes fueron la directora ejecutiva de Terra Sancta México, Ana Paula Morales, desde la Basílica de Guadalupe, Kathleen Nichols, consagrada del Regnum Christi, desde Israel, los Nazarenos, desde Nuestra Señora del Líbano, el padre Néstor Andrada, desde el santuario de Nuestra Señora del Monte, en Anjara (Jordania), el español Enrique Montes desde Irak o el también sacerdote Pablo del Santo desde Egipto, entre otros.
Multitud de obispos en Estados Unidos
Semejante acogida tuvo la iniciativa entre los obispos de Estados Unidos, que se unieron tanto institucionalmente como en multitud de diócesis particulares. Así lo hizo el obispo de Providence, Richard Henning, que llamó a los fieles de su diócesis a rezar el rosario, pasar tiempo en adoración o dedicar tiempo para rezar en silencio. James Connley, obispo de la diócesis de Lincoln, instó a vivir la jornada de oración y ayuno como también lo hizo David Zubik, de Pittsburgh, llamando al clero acomunicar en sus misas a los feligreses las intenciones y dedicar un tiempo de adoración. Joe Vásquez, obispo de Austin (Texas), Joseph Tobin (Newark), Samuel Aquila (Denver), David Ricken (Green Bay, Wisconsin), o David M. O’Connell (Trenton, Nueva Jersey), entre otros.
Hispanoamérica también se une, incluso se anticipó
Hispanoamérica también acogió en bloque esta jornada de oración por la paz. Así lo hizo el Arzobispo de San Salvador (El Salvador), Mons. José Luis Escobar Alas, que invicó la particular intercesión de San Oscar Arnulfo Romero. En el caso de Perú, los fieles se anticiparon a la jornada y comenzaron el domingo 15 de octubre, ofreciendo las misas de ese día para que se “retome el camino de la paz y cesen las guerras en el mundo”. Mons. Héctor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal, señaló que “la paz no puede germinar sobre campos sembrados de injusticia, violencia y odio”.
En Chile, en un comunicado firmado por el secretario general del Episcopado, Mons. Sergio Pérez de Arce, la Iglesia pidió en cada Misa del fin de semana del 14 y 15 de octubre por una intención especial: “Para que cesen los odios y las guerras en nuestro mundo, especialmente en el Medio Oriente y Ucrania, y se respete la vida de todo ser humano. Por las víctimas de la guerra y por todos aquellos que sufren sus consecuencias. Roguemos al Señor”.
De la misma forma, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) animó a que todos los católicos del país intensifiquen sus “oraciones en apoyo de los difuntos y de todas las víctimas de la violencia y el odio”.
De la misma forma, en Argentina, la Comisión Episcopal de Ecumenismo invitó a renovar la oración para poner fin al “horror de las armas” y que prevalezca el diálogo”. “Nos ha dolido profundamente que el terror y la muerte enlutaran nuevamente a los pueblo que viven en Tierra Santa y expresamos nuestra cercanía a todos los afectados“, señaló la Comisión en un comunicado.