Decenas de personas se congregaron este sábado en el huerto de Getsemaní para la recogida de la aceituna del Monte de los Olivos. «Mirad la vista e imaginad cómo era cuando Jesús estuvo aquí», les dijo el padre Diego dalla Gassa señalando la imponente vista de Jerusalén desde ese lugar. Según informa Efe, entre los peregrinos había italianos, franceses, suizos, suecos, filipinos, indios y mexicanos.
Es el cuarto año que se realiza esta labor con voluntarios, que busca hermanar a las personas en torno a una tarea común más allá de la visita a uno de los lugares emblemáticos de la ciudad, donde dio comienzo la Pasión de Cristo: «El significado de este jardín, aquí en Jerusalén, es entender que estamos juntos y somos una familia», explicó el franciscano.
Tras rezar un padrenuestro, los presentes cogieron las escaleras, rastrillos, lonas y baldes y comenzaron a bajar las aceitunas negras de los árboles, bajo un sol radiante y con la Explanada de las Mezquitas como telón de fondo.
«Es la primera vez que hago esto y lo considero un servicio para los demás, es poder poner mi granito de arena en algo muy simple, muy chiquito», dijo Martha Navarros Correa, argentina residente en la ciudad palestina de Belén. La mexicana Dulce Itzel Doroteo no ocultaba su emoción: «Es dar todo de ti hasta lo mas profundo, exprimir bien, como el aceite se exprime, y así exprimir mi vida hacia el Señor«.
La recogida de aceitunas duró cuatro horas y continuará el domingo, con los franciscanos a la cabeza. El huerto lo forman más de novecientos olivos. El fruto recogido se envía al monasterio de Latrún, en el centro de Israel, donde se elabora un aceite que es luego distribuido a distintas comunidades religiosas en Tierra Santa y alrededor del mundo.