La Santa Sede ha convocado un año más la Colecta Pro Terra Sancta, que tradicionalmente se recoge el Viernes Santo, como fuente principal para el sostenimiento de la vida que se desenvuelve en torno a los Santos Lugares, y como instrumento del Papa, a través de la generosidad de los fieles de todo el mundo, para respaldar a las comunidades católicas de Oriente Medio.
Según informa la Congregación para las Iglesias Orientales, el dinero se destina al mantenimiento de los Santos Lugares y a favorecer la presencia cristiana mediante actividades de solidaridad y el mantenimiento de estructuras pastorales, educativas, asistenciales, sanitarias y sociales. Las comunidades beneficiadas se encuentran en Jerusalén, Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía, Eritrea, Turquía, Irán e Irak. La mayor parte de la recaudación va a los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, y el esto lo dedica la propia Congregación para la formación de seminaristas y sacerdotes que luego van destinados allí.
El año pasado los católicos contribuyeron a esta causa con 8.633.099,88 euros, de cuyo empleo la Santa Sede y la Custodia ofrecen una información detallada. Incluye inversiones en restauración, mantenimiento o mejora de casi todos los lugares de culto en las principales localidades del Nuevo Testamento, así como obras sociales de todo tipo: becas de estudio, centros de orientación familiar, mejoras en escuelas de Belén, Jerusalén o Jericó e incluso viviendas sociales para personas sin recursos o matrimonios jóvenes.
La carta dirigida a todos los obispos del mundo por el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, celebra que, «en el último periodo, asistimos con esperanza a una cierta recuperación del flujo de las peregrinaciones, tocando con la mano el gozo de la fe de tantos fieles que llegan a Tierra Santa, cada vez más numerosos, desde China, India, Indonesia, Filipinas y Sri Lanka». Y añade que «esa vitalidad apostólica es un signo grande para las comunidades locales, y un estímulo para las de Occidente, a veces tentadas por el desaliento y la resignación en el vivir y testimoniar la fe en lo cotidiano».
El cardenal recuerda que en Tierra Santa se encuentran «los lugares y acontecimientos que han cambiado el curso de la historia de la humanidad y la existencia personal de cada uno de nosotros: son los lugares y los acontecimientos que nos transmiten la memoria viva de todo aquello que el Hijo de Dios encarnado ha dicho, realizado y sufrido por nuestra redención». Es conocido que las peregrinaciones, aparte del beneficio espiritual que reportan a los peregrinos, son esenciales para la continuidad de una comunidad cristiana viva en los Lugares Santos, porque permiten la conservación de puestos de trabajo.
De ahí que la finalidad de la colecta Pro Terra Sancta les tenga muy presentes: «Reviviendo los misterios de nuestra salvación, pensamos con mayor intensidad en los hermanos y hermanas que viven y testimonian la fe en Cristo, muerto y resucitado en Tierra Santa, expresándoles también nuestra solidaridad en la caridad», afirma el cardenal Sandri.