Pierbattista Pizzaballa, Administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, ha querido explicar en la prensa vaticana la situación de Tierra Santa pasados más de 100 días de pandemia y cuando los rebrotes en varios lugares vuelven a desanimar a muchas personas. Los cristianos, como otros muchos ciudadanos, sufren, padecen pobreza e incertidumbre y, los que pueden, ejercen la caridad con los más necesitados.
«Estamos en la tierra donde Jesús resucitó y somos nosotros los que debemos preservar la visión pascual de la vida, hecha de cruz, pero también de resurrección«, dice Pizzaballa, el mayor jerarca de la Iglesia latina en el país.
«Las peregrinaciones a Tierra Santa se han detenido casi por completo», constata.
«En primer lugar, porque las fronteras siguen cerradas. La mayoría de los países con los que todavía hay relaciones requieren cuarentena y esto, naturalmente, desalienta a los peregrinos. A esto se suma el hecho de que en la última semana, en Israel y Palestina, se verificó una segunda ola de contagios muy fuerte que ha asustado mucho», añade.
El arzobispo en la fiesta de San Pedro y San Pablo 2020
Culto por Internet… e itinerante
Muchos sacerdotes siguen transmitiendo sus liturgias por Internet, y muchos fieles no se pueden acercar presencialmente al culto.
“Uno de los problemas actuales de las familias es el de no poder participar, o participar de manera limitada, en las liturgias”, lamenta Pizzaballa.
“Nuestros párrocos se han dotado de medios para concretar formas alternativas de oración, para hacer visitas cuando sea posible y para formar a los jefes de familia, a fin de que puedan llevar la comunión a sus familias cuando el sacerdote no pueda ir al lugar”. Y añade: “Sin duda alguna, la oración es un apoyo humano y espiritual absolutamente necesario”
Sin embargo, como signo positivo, señala que “a pesar de todas las fatigas y a pesar de todas las divisiones, incluso políticas, el Señor nos bendice con vocaciones y por todo esto le damos las gracias”.
Puntos de emergencia para familias en umbral de pobreza
Pizzaballa señala también algunas iniciativas generosas de ayuda, como el apoyo de «los Caballeros del Santo Sepulcro, con ellos hemos abierto puntos de emergencia, sobre todo en la zona de Belén, en el norte de Palestina y en Jerusalén Oriental, así como en Jordania, naturalmente. Los puntos de emergencia sirven para proporcionar ayuda a las familias que se han encontrado sin nada y que han sido empujadas al umbral de la pobreza. Hemos activado el apoyo alimentario, escolar y sanitario. Es lo máximo que podemos hacer en este momento histórico”.
El arzobispo piensa que la situación se mantendrá así un año. Además, avisa, «somos conscientes de que para las peregrinaciones ya no existirán los números que teníamos antes: los viajes serán más complicados, incluso la post-pandemia nos exigirá que pongamos en acto ciertas atenciones que en el pasado no se tomaban. La peregrinación, en suma, deberá adaptarse a las nuevas situaciones con formas, modalidades e itinerarios diferentes. Pero al mismo tiempo, en Tierra Santa la peregrinación siempre tendrá la característica fundamental del encuentro con Jesús en sus lugares. Esto jamás cambiará”