La colecta de Viernes Santo para Tierra Santa que realiza la Iglesia todos los años, en esta ocasión será «un signo de solidaridad» con los cristianos en dificultades a causa del terrible terremoto del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria.
Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, ha escrito una carta animando a los cristianos a participar. «Son tierras que conocieron la predicación apostólica y lugares en los que floreció el cristianismo de los orígenes, con insignes tradiciones monásticas y eremíticas, y con escuelas teológicas que han contribuido al desarrollo de la comprensión del misterio de Cristo», comenta.
Cenáculos de oración y caridad
«El Santo Papa Francisco, en el camino afirmado por sus predecesores, encarga también este año al Dicasterio para las Iglesias Orientales para que invite ardientemente a seguir siendo solidarios con la comunidad cristiana de la Tierra Santa, exhortándoles a permanecer unidos y solidarios con los hermanos y las hermanas que allí continúan dando testimonio del Evangelio», añade el prelado.
Gugerotti prosigue animando a los cristianos a tomar ejemplo personal de lo ocurrido en Tierra Santa. «Custodiemos la memoria histórica del Cenáculo haciendo que nuestras casas y nuestras parroquias sean cenáculos de oración y caridad. Reforcemos los espacios de la Basílica del Santo Sepulcro y hagamos que resplandezcan de nuevo con toda su luz, pero hagamos también que en nuestros corazones habite el anuncio del Resucitado. Mantengamos la Basílica de la Anunciación de Nazaret, pero dejemos que nuestras vidas se llenen de gozo cada día ante la Palabra del Señor, como hizo María», afirma.
«Las casas de tantos religiosos de Siria y Turquía se han convertido en tiendas y refugio para los que han perdido sus casas. Estos cristianos siguen siendo como manantiales de esperanza a través del cuidado de los más pequeños, la formación escolar, el acompañamiento de las madres que se encuentran en dificultad, el servicio humilde a los ancianos y enfermos; y además ofrecen un hogar y un futuro para las nuevas familias por medio de planes de construcción de viviendas y de la creación de puestos de trabajo» comenta.
En su informe para el año 2022, el Dicasterio para las Iglesias Orientales especifica que la Colecta para Tierra Santa es la principal fuente de sustento para la vida que se desarrolla en torno a los Santos Lugares y el instrumento que la Iglesia se ha dado para sostener a las comunidades eclesiales de Oriente Medio.
9 millones de dólares en ayudas
Gracias a ella, la Custodia franciscana puede salvaguardar los Santos Lugares, las piedras de la memoria, y fomentar la presencia cristiana, piedras vivas de Tierra Santa, a través de numerosas actividades de solidaridad, como el mantenimiento de estructuras pastorales, educativas, sanitarias y sociales.
«Por regla general la Custodia de Tierra Santa recibe el 65% de la colecta, mientras que el 35% restante va al Dicasterio para las Iglesias Orientales, que lo utiliza para la formación de los candidatos al sacerdocio, el sustento del clero, las actividades escolásticas, la formación cultural y las subvenciones a las diversas circunscripciones eclesiásticas de Oriente Medio», indica el informe.
El año pasado las ofrendas recibidas para la Colecta de Tierra Santa ascendieron a más de 9 millones de dólares, que se destinaron a la formación de seminaristas y sacerdotes (más de 4 millones), a las escuelas de la Diócesis Patriarcal de Jerusalén de los Latinos, de la Custodia Franciscana y de otras Iglesias e institutos religiosos (unos 3 millones) y a subsidios ordinarios y extraordinarios que contribuyen a la vida cotidiana de todas las circunscripciones de los santos lugares (casi 2 millones).
Aquí puedes ver el agradecimiento del Custodio de Tierra Santa por la última colecta.
Por lo que respecta a la Custodia franciscana, en el bienio 2021/2022 se realizaron obras para los peregrinos y en favor de la comunidad local en Ain Karem, en Beit Sahour, en Betania (en el santuario de Marta, María y Lázaro), en Belén, Cafarnaún, Emaús y Jericó (en el lugar del bautismo de Jesús en el río Jordán), en Jerusalén, Ammán, Caná, Jaffa, Nazaret, y también llegó ayuda a Siria y Rodas; se llevaron a cabo proyectos en Líbano y se pagaron los salarios ordinarios de la Custodia. Además, se apoyaron 30 obras de la Asociación Pro Terra Sancta en Siria y Líbano.