En los últimos decenios, Walajeh, pequeña aldea de Cisjordania situada al sur de Jerusalén, en el camino que conduce a Belén, está viviendo muchos cambios a causa de la inestabilidad geopolítica de la zona. Solo este olivo parece haber preservado su existencia inmutable desde hace cientos y tal vez miles de años.
"La historia de este olivo se remonta a tiempos antiguos", explica Abdul-Rahman Abu-Tin, presidente del Consejo Municipal (ver abajo el vídeo): "Es la historia de un gran y antiguo olivo, de miles de años, entorno al cual se creó un sentido de ´sacralidad´. Sabemos que en las narraciones populares hay algunos elementos que, adquiriendo un valor especial, se transforman en leyendas. Este olivo es considerado un testimonio muy importante de la aldea, y queremos conservarlo y tutelar el área entorno a él. Como consejo tenemos entre nuestros objetivos un proyecto que resalta su historia junto a la del pueblo. Junto a la ONU, hemos presentado los diseños al Ministerio de Turismo Palestino esperando recibir ayuda tanto moral como material para poderlo llevar a cabo".
Este árbol está considerado el más antiguo del mundo, comparable a 10 olivos juntos, y tiene unos 12 metros de alto con un diámetro de 25. Cubre un área de 250 metros cuadrados y, a la hora del almuerzo, su sombra cubre toda la zona.
"El Olivo Badawi es llamado así en recuerdo de Ahmed al-Badawi, un sabio del pueblo, que se sentó bajo este árbol durante mucho tiempo, exactamente como estamos sentados nosotros. Hablamos de al menos hace 100 o 200 años", dice el guardián del árbol, Salah Abu Ali: "En cuanto a la edad del árbol algunos estudiosos están en desacuerdo, mientras que según el Ministerio de Agricultura Palestina tiene entre 3500 y 4000 años. Antes de la guerra del 48, la gente venía aquí, organizaba banquetes y preparaba la comida bajo sus ramas para después distribuirla a los pobres que vivían en esta zona. Su aceite es uno de los mejores del mundo y sus olivas son diferentes a las de cualquier otro árbol de la zona".
El olivo Badawi