Fray Luis Quintana Giménez, guía de los Santos Lugares, ha sido designado comisario de Tierra Santa para la provincia franciscana de la Inmaculada (que abarca buena parte del territorio nacional), y con ese motivo fue entrevistado por el semanario diocesano Iglesia en Coria-Cáceres.
El padre Quintana destacó que sus funciones como comisario de Tierra Santa «son principalmente tres»:
-Primero, «difundir el conocimiento y amor por Tierra Santa en las diócesis», suscitando grupos de Amigos de Tierra Santa y animando a que la gente se suscriba a la revista Tierra Santa.
-Segundo, «promover las peregrinaciones a Tierra Santa, así como encuentros con peregrinos», cuidando el antes y el después de las peregrinaciones.
-Tercero, «solicitar y recoger donativos y ayudas para los Santos Lugares y para los cristianos de Tierra Santa (obra social y espiritual de la Custodia de Tierra Santa)», en particular en la colecta pontificia que en todas las iglesias del mundo se realiza el Viernes Santo.
![](https://fundaciontierrasanta.es/wp-content/uploads/2017/06/fray_luis_quintana_jimenez3.jpg)
Según el fraile franciscano, Tierra Santa espera de nosotros «oración, cariño y amor, porque somos sus hijos… Todos hemos nacido en Belén, junto al Niño Jesús. De Jesús hemos recibido a María como madre en el Calvario, al pie de la Cruz. Y como Iglesia hemos nacido en el Cenáculo, el día de Pentecostés».
El padre Quintana destacó la importancia de las peregrinaciones: «A Tierra Santa le debemos todo… ¡y nos espera! Espera que vayamos a visitarla. Espera que le enviemos nuestros donativos y ayudas. Espera que la sintamos nuestra… ¡es nuestra Casa! Y nos necesita. Sin los cristianos, Tierra Santa se volvería un museo frío y muerto de algo maravilloso, pero acontecido en el pasado».
«Tierra Santa está viva, son rostros de hombres y mujeres que viven su fe desde hace dos mil años, en medio de un contexto muy difícil. Son Lugares Santos, llenos del Espíritu de Dios, donde aconteció nuestra Salvación y donde sigue estando la Presencia divina», añadió.
Hay personas que acuden allí una vez tras otra: «Tierra Santa no cansa. Y no es porque sea muy bonito lo que hay allí, sino porque hay Vida, te hace feliz encontrarte con tu Dios en Su casa: con Mi Dios en Mi Casa. Así lo experimentamos los que vamos a Tierra Santa. No es algo que se pueda explicar, hay que vivirlo».
El padre Quintana confiesa que uno de sus instantes preferidos es la gruta de Belén: «Cuando puedo, me voy a la parte trasera de la gruta y me quedo sentado o de rodillas en el suelo, rezando y contemplando el lugar donde Jesús nació. San Francisco seguramente también lo pudo experimentar allí«.