Terrasanta, la revista de la Custodia franciscana de Tierra Santa, da voz a Oriente Medio en italiano y en clave cristiana desde hace cien años. Sale cada dos meses, con unas 64 paginas y trata temas religiosos, culturales, bíblicos, arqueológicos y ecuménicos. La versión en PDF cuesta 20 euros al año.
Esta revista tiene «hermanas», pero no gemelas, en varios idiomas: Terre Sainte Magazine (en francés), Tierra Santa (en español), Revista Terra Santa (en portugués, 4 veces al año), The Holy Land Review (4 números al año) y la versión árabe, que trata solo de temas sociales, Al’rd Almuqadasa. Otras revistas casi hermanas de la Custodia son el «Eco di Terra Santa» (6 ejemplares al año, para los que hacen donativos a la Custodia) y ‘Frati della Corda’, orientada a la comunicación de los frailes de la Custodia (un ejemplar al mes, también con forma semanal online).
Para celebrar su centenario, TerraSanta lanza un ejemplar especial de 114 páginas en color con cuatro secciones:
– historia,
– arqueología,
– los pueblos y las culturas,
– y la Iglesia y el diálogo.
Este ejemplar recoge los principales acontecimientos que han marcado el Mediterráneo oriental en los últimos cien años, hasta nuestros días, con la guerra de Siria y la crisis del Líbano. También recoge diversos hallazgos arqueológicos recientes y la memoria de las visitas de los Papas, entre otros grandes eventos.
Hay otras iniciativas para celebrar el centenario de la revista:
– la digitalización de todos los números de la revista publicados desde 1921;
– «Jornadas de Arqueología, Arte e Historia de Oriente Medio» anuales
– proyecto para catalogar y restaurar el patrimonio de películas y documentales en Tierra Santa (con la Fondazione Cineteca Italiana de Milán).
El director de la revista, Giuseppe Caffulli, detalló a VaticanNews que «la revista nació el día después de la caída del Imperio Otomano». En su momento era como una gran ventana: la Iglesia podía por primera vez explicar a las sociedad occidentales lo que se vivía en Tierra Santa con una revista.
«La revista, que al principio tenía como redactores a todos los frailes franciscanos, siempre ha tratado de aportar semillas de esperanza, de mirar al bien, de abrir las mentes, sobre todo a los lectores de Occidente a los que se dirigía, invitándoles a una visión de escucha de otras religiones en la tierra donde viven codo con codo cristianos, musulmanes y judíos», añade el director actual.
También ha sido una voz para las Iglesias orientales. «Hoy en día es un momento especialmente difícil para estas comunidades, en el que se han sumado los conflictos, el éxodo hacia Occidente y la pandemia que ha bloqueado el turismo religioso, principal fuente de ingresos de los cristianos de Tierra Santa», lamenta.
La revista también ha tratado de narrar la gran arqueología bíblica, los grandes descubrimientos y su relación con la Biblia y los Evangelios, que enlazan a los hombres de hoy con la tierra que pisó Jesús y que nutrió al Pueblo de Dios y su historia.
La revista que cuenta historias de hoy y de hace siglos, al cumplir ahora su primer siglo de vida, se convierte ella misma en historia viva.