En 1852, Abdulmecid I, sultán del Imperio Otomano, puso fin a las frecuentes rencillas entre las comunidades cristianas por la custodia de los Santos Lugares estableciendo un status quo que ha sido reconocido desde entonces en diversos tratados internacionales.
Actualmente afecta a cinco comunidades, una católica (franciscanos) y cuatro ortodoxas (greco-ortodoxos, armenios, coptos y siro-ortodoxos) en cuatro templos, tres en Jerusalén (el Santo Sepulcro, la tumba de la Virgen María y la capilla de la Ascensión) y una en Belén (la basílica de la Natividad).
El status quo coordina el culto de dichas comunidades fijando de forma definitiva (salvo acuerdo unánime) los turnos para los actos litúrgicos y procesiones.
Un vídeo de Christian Media Center explica en cinco minutos esta realidad, que sorprende en ocasiones al peregrino: