Tierra Santa: el último peregrino se estrena el 21 de mayo en España. Se trata de una película de Goya Producciones, con ayuda financiera de la Fundación CariFilii, que pretende fomentar el interés por Tierra Santa y el deseo de peregrinar, no para visitar piedras, sino para crecer espiritualmente.
La película va alternado escenas de una trama de ficción, dirigida por Pablo Moreno, con testimonios reales en una parte documental que dirige Andrés Garrigó.
Tal y como recoge Pablo J. Ginés en su análisis en Religión en Libertad, el filme se inicia con unos pies presurosos, en sandalias, que corren… y se asoman a la tumba de piedra. En la tumba donde Jesús resucitó, empieza todo. Después, al espectador se le resume la historia de Tierra Santa en un par de minutos y se le introduce en la trama de ficción.
Adicción al juego online y familia con problemas
La parte ficticia del film cuenta la historia de una familia de clase alta con algunos problemas: un hijo adicto a las apuestas online, un matrimonio que choca y un padre golpeado en sus negocios por la crisis. La película hace un buen papel a la hora de señalar que esta adicción es hoy especialmente perniciosa: desde el móvil, a cualquier hora del día o la noche, desde España o Jerusalén, las webs de apuestas incitan al adicto a arriesgar y gastar, arruinándole e incitándole al robo o la corrupción por sus deudas.
A nivel de interpretación, destaca -y merecía más espacio- la actriz Wendy Gara en el papel de la hermana mayor.
Los personajes van contando cosas que «han visto» en un viaje a Tierra Santa que han podido pagar porque, providencialmente, a la madre le tocó la lotería a la parroquia. Este es el artificio narrativo para dar paso a los testimonios reales, que es lo más interesante del filme.
Testimonios de gran calado espiritual
A nivel espiritual, los testimonios más emocionantes y edificantes son los de la religiosa argentina Marian Qalb Yasúe («María del Corazón de Jesús», en árabe) y el maquillador chileno Miguel Euscate.
La hermana Marian trabaja con niños discapacitados en Belén, algunos muy graves. «Son hijos de otras religiones, pero son hijos nuestros», señala. Cuenta un hecho maravilloso que les sucedió en cierta ocasión que se quedaron sin pan, rezaron a San José, y un hombre misterioso llamó a su puerta…
Con ella está también una joven española, Isabel Domarco, que sintió que Dios la llamaba a servir a través de esos niños «que no pueden agradecértelo ni con una sonrisa, porque algunos no pueden ni sonreir».
La historia de conversión de Miguel Euscate es la más potente y la más valiente del filme. Su padre abandonó a su madre al saber que estaba embarazada, y él creció en una casa solo de mujeres. Su padrastro posterior fue violento con él. Buscó en los brazos de otros hombres el amor masculino que no había recibido de una figura paterna. Con el alcohol y las drogas trataba de ahogar sus heridas emocionales. El pastor evangélico con el que se trataba de joven tampoco le habló de Dios Padre y su amor, sino que le invitó a abandonar su congregación.
Su primera visita a Israel fue para la fiesta del Orgullo Gay. Pero una amiga católica la invitó a volver, y en esta ocasión escuchó cómo explicaban en Cafarnaum el milagro de Jesús y el paralítico. «‘Tus pecados te son perdonados’, dijo Jesús… y eso es lo que yo quería, lo que necesitaba», comenta Euscate. «Me confesé durante tres horas, el sacerdote que me escuchó se ganó el Cielo, es hoy mi padrino de bautizo», explica. Miguel pudo después perdonar al padre que lo había abandonado, conocer a los otros hijos de su padre y caminar en la fe acompañado de otros hermanos.
La juerga no le llenaba… y reflexionó ante el Santo Sepulcro
Otra experiencia interesante es la del actual representante de la Custodia de Tierra Santa en España, el franciscano español Aquilino Castillo. Estaba alejado de Dios y era un joven estudiante de Estudios Árabes y Lengua Hebrea cuando llegó a Jerusalén. Ya había llegado a la conclusión de que tantas fiestas, cervezas y noches de juerga e insomnio no llenaban su interior.
Callejeando, llegó ante el Santo Sepulcro y se sentó en la plaza, sin entrar, debido al gentío. Y empezó a reflexionar una serie de meditaciones muy lúcidas que se encadenaban en su mente. «¿Quién soy yo? ¿Qué hago en Jerusalén? Sí, es bueno morir por lo que se cree. Jesús, en la Cruz, dio la vida por sus amigos. Y, más aún, por mí, personalmente. Él me conoce bien, es Dios que se ha hecho hombre, me entiende y me ama. Él me da la vida eterna. ¡No hay nada que merezca más la pena!»
Todas estas intuiciones le pusieron en pie tras cinco horas sentado, «con necesidad de Iglesia, de Eucaristía». En el mismo lugar del Calvario de Cristo se confesó inmediatamente tras muchos años y entendió que Dios quería tenerle cerca.
Los que recomiendan ir a Tierra Santa
Hay en la película otros testimonios de personas que hablan de Tierra Santa, pero quizá más como buenos conocedores que como viajeros espirituales (aunque sin dejar de serlo). Su objetivo es desmantelar los prejuicios que alejan a muchos peregrinos.
Así, el sacerdote Arturo Díaz, de la Legión de Cristo, anima a los párrocos y sacerdotes a peregrinar allí, y señala que hay iniciativas especiales para jóvenes, como El Camino de Jesús, una peregrinación para recorrer caminando muchos de los lugares evocadores del Evangelio.
Otro sacerdote de la Legión de Cristo, el mexicano Juan María Solana, impulsor del Proyecto Magdala, explica que en sus terrenos encontraron restos arqueológicos de lo que probablemente fue la ciudad de Magdala, pero que los religiosos cristianos no están en el país «para visitar y enseñar piedras, sino para explorar misterios: el misterio de Dios que ha muerto, que ha resucitado, que se ha transfigurado, que ha multiplicado el pan…»
El popular periodista Jesús García, impulsor de Gospa Arts, que estuvo allí en su luna de miel y volvió varias veces para escribir sobre los descubrimientos de Proyecto Magdala, recomienda regalar viajes a Tierra Santa a sacerdotes y religiosos recién ordenados, a parejas de recién casados y a matrimonios veteranos al cumplir 25 años o más. Celebrar aniversarios y bodas en Caná es inolvidable. «Marcará todo su matrimonio, su fe y su ministerio», señala.
Y Cristina Somoza, miembro de la Policía Nacional especializada en viajar por el extranjero como escolta, explica que ella volvió transformada tras visitar el Monte Tabor («fue mi Tabor personal») y confirma que Tierra Santa es un lugar completamente seguro para los peregrinos y turistas.
Así, la película repasa algunas razones para viajar allí y desmantela algunos miedos. Recuerda también que los cristianos de Tierra Santa se quieren saber entendidos y acompañados: necesitan a los peregrinos, y no sólo el dinero de los peregrinos.
Al final del filme, quedan ganas de ver más escenas del país de Jesús, ganas de pasear por donde Él paseó, de ver los lugares que se han empapado de oración y devoción durante siglos. A medida que remite la pandemia, más y más cristianos podrán volver a Tierra Santa y cumplir esos deseos.