Este 25 de marzo se cumplen 50 años de la exhortación apostólica Nobis in Animo del Papa Pablo VI sobre las necesidades de la Iglesia en Tierra Santa. Un documento que sirvió para instaurar la colecta que lleva a cabo la Iglesia universal el Viernes Santo en beneficio de los cristianos que viven en la tierra que vio nacer a Jesús.
Estas son nueve citas que no pierden vigencia del documento del Papa Pablo VI:
1- «Esta tierra bendita se ha convertido, pues, en cierto modo en patrimonio espiritual de los cristianos de todo el mundo, que anhelan poder visitarla, en piadosa peregrinación, al menos una vez durante su vida, para satisfacer su devoción y expresar su amor a Dios que se hizo Niño en Belén, al divino Adolescente y Obrero en Nazaret, al divino Maestro y Taumaturgo en toda la región, al divino Crucificado en el Calvario, al Redentor Resucitado de la tumba encontrada en el ‘Templo de los Resurrección'».
2- «Pero esa es también la tierra en la que, junto a los santuarios y los lugares santos, existe y opera una Iglesia viva, una comunidad de creyentes en Cristo. Es una comunidad que, a lo largo de la historia, ha atravesado innumerables pruebas y ha estado sujeta a dolorosas vicisitudes: las divisiones internas, las persecuciones exteriores y, desde hace algún tiempo, la emigración la han hecho débil, ya no autosuficiente y, por tanto, necesitada de nuestra comprensión y nuestra ayuda moral y material».
3- «Estos hermanos nuestros, que viven donde vivió Jesús, y que, en torno a los lugares santos, son los sucesores de la primera Iglesia, que dio origen a todas las Iglesias, tienen méritos preciosos ante Dios y un alto nivel espiritual. Participan, de manera singular y cotidiana, de los sufrimientos de Cristo, responden a su nombre de cristianos con la manifestación de una fe viva, un amor sincero y una pobreza genuina, según el espíritu del Evangelio».
4- «Si su presencia desapareciera, el calor del testimonio vivo se extinguiría en los santuarios, y los santos lugares cristianos de Jerusalén y Tierra Santa se convertirían en museos. Ya tuvimos otra oportunidad de expresar abiertamente nuestra preocupación por la disminución del número de cristianos en las antiguas regiones que fueron la cuna de nuestra fe».
5-«Desde el día de la Resurrección, cuando los fieles del divino Maestro fueron a visitar su tumba, el primer núcleo judeocristiano tuvo el mérito de conservar la memoria de los lugares santos más importantes, y de indicar sus vestigios a los peregrinos que pronto comenzó a frecuentarlos. Los sentimientos de fe y piedad empujaron a los primeros cristianos a buscar un contacto casi físico con los Lugares Santos y a celebrar allí evocadores ritos litúrgicos».
6-«Es cierto que el cristianismo es una religión universal, no ligada a ningún país y que sus seguidores ‘adoran al Padre en espíritu y en verdad’ pero también se basa en una revelación histórica. Junto a la ‘historia de la salvación’ hay una ‘geografía de la salvación’. Por tanto, los lugares santos tienen el gran mérito de ofrecer un apoyo inquebrantable a la fe, permitiendo al cristiano entrar en contacto directo con el entorno, en el que ‘el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros’.
7- «Estas peregrinaciones han podido favorecer el encuentro con personas de diferentes creencias, ya que no sólo son comunidades cristianas, incluidas las no católicas, sino también judías y musulmanas. Esperamos sinceramente que estos contactos se intensifiquen, contribuyendo al conocimiento mutuo, al respeto mutuo, al acercamiento de hermanos, hijos de un mismo Padre, así como a una comprensión más profunda de la necesidad primordial de paz entre los pueblos».
8- «Lamentablemente, la Iglesia local se ve privada de medios materiales, además de sufrir las continuas y graves consecuencias de una guerra que dura, podemos decir, desde hace décadas. Tampoco es posible pedir una contribución suficiente a los fieles locales, ya que ellos, en su mayor parte, tienen lo justo para mantenerse con vida. Para que esa comunidad cristiana bimilenaria en su origen y permanencia en Palestina sobreviva y consolide su presencia de manera activa y eficaz, también al servicio de las demás comunidades con las que debe convivir, es necesario que los cristianos de todo el mundo se muestren generosos, haciendo fluir hacia la Iglesia de Jerusalén la caridad de sus oraciones, el calor de su comprensión y el signo tangible de su solidaridad».
9-«En todas las iglesias y en todos los oratorios, pertenecientes tanto al clero diocesano como al religioso, una vez al año -el Viernes Santo o cualquier otro día que designe el Ordinario del lugar-, junto con las oraciones particulares por nuestros hermanos de la Iglesia de la Tierra Santa, que se recoja una colecta igualmente destinada a ellos. Se advierte a los fieles, con mucha antelación, que esta colecta será donada para el mantenimiento no sólo de los lugares santos, sino sobre todo de las obras pastorales, asistenciales, educativas y sociales que la Iglesia apoya en Tierra Santa en beneficio de de sus hermanos cristianos y de las poblaciones locales».
¿A qué se destina la colecta?
La colecta por Tierra Santa que tradicionalmente se celebra en Semana Santa, «para los Santos Lugares», aporta ayudas a proyectos de los cristianos de Jerusalén, Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía, Eritrea, Turquía, Irán e Irak.
El 65% de lo recaudado va a la Custodia Franciscana de Tierra Santa, que trabaja directamente en esos países.
Otro 35% va al Dicasterio vaticano de las Iglesias Orientales, que lo usa para sostener el clero, formación cultural, estudios académicos y apoyar diversas diócesis de Oriente Medio (por lo general frágiles y pobres, y de ritos orientales).
En 2023 el Dicasterio de Iglesias Orientales recibió de la Colecta por Tierra Santa casi 6,6 millones de euros.
Se gastaron así:
– Formación en Roma de seminaristas, sacerdotes y religiosas de Iglesias orientales (230 en 2023): 2,37 millones.
– Pontificio Instituto Oriental (actividad ecuménica, de derecho canónico oriental, ciencias eclesiásticas…): 1 millón de euros.
– Para la Universidad de Belén, en la ciudad donde nació Jesús, con 3.300 estudiantes: 460.000 euros
– Para las escuelas del Patriarcado Latino de Jerusalén: 824.000 euros
– Para el fondo de solidaridad de estudios de jóvenes en Tierra Santa: 961.000 euros
– Ayudas ordinarias a las diócesis orientales en 2023: 1,26 millones, repartidas así:
– Jerusalem 223.000;
– Jordania 19.000;
– Irak 90.000;
– Líbano 114.000;
– Turquía 106.000;
– Siria 186.000;
– Irán: 32.000;
– Egipto: 85.000;
– Etiopía: 218.000;
– Eritrea: 185.000
Ayudas extraordinarias (por el terremoto de Siria y Turquía en febrero de 2023, por la guerra de Gaza que ha paralizado Tierra Santa desde octubre, por la guerra de Tigray en Etiopía, la sequía y riesgo de hambruna, etc…), sumaron 107.000, repartidas así:
– Jerusalem: 10.000 euros;
– Líbano: 28.000;
– Siria: 44.000;
– Egipto: 2.000
– Etiopía: 10.000
– Eritrea: 13.000.
La Custodia de Tierra Santa da trabajo a unas 700 personas en Israel y unas 300 en territorio de Palestina: el 60% trabajan en sus 14 escuelas, un 10% en casas para peregrinos, el resto en 80 santuarios, 25 parroquias y otras obras sociales.
Lo recaudado en la Colecta por Tierra Santa se destina a:
– gastos fijos de personal en las obras de la Custodia,
– conservar y poner en valor los Santos Lugares, los santuarios y sus zonas arqueológicas,
– reparar y atender edificios, parroquias, santuarios,
– la liturgia de los Santos Lugares,
– la asistencia a peregrinos,
– obras sociales y de caridad en Jerusalén, Israel y Palestina, pero también en Líbano, Siria, Egipto, Jordania, Rodas y formación de frailes novicios en Italia.
Todo esto es posible con la generosidad de los fieles en la Colecta por Tierra Santa, o con donativos a través de Custodia.org.