«¿Qué podemos hacer para ayudar a los cristianos de Tierra Santa? La respuesta es fácil: peregrinar»

¡Para no “abandonar la Tierra Santa a su destino”, “peregrinos, continúen viniendo a Tierra Santa! Aquí se está más seguro que en Italia y en Europa”: es el llamamiento lanzado por Giacinto-Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal de Jerusalén, para atraer a los lugares donde vivieron Jesucristo, la Virgen María y San José, los Apóstoles, los primeros discípulos…

Seguridad y tranquilidad
Para monseñor Mancuzzo, que vive en Nazaret, cuando se trata de visitar los Lugares Santos lo que frena a algunos peregrinos es la “prisión del miedo”.


Monseñor Marcuzzo disipa toda aprensión por la seguridad y recuerda que, ayudándose a uno mismo espiritualmente visitando Tierra Santa, se ayuda materialmente a que en Tierra Santa siga habiendo cristianos.

Pero ese miedo “es absolutamente infundado”, explica: mucha gente confunde “masacres y secuestros que ocurren en Siria, Irak, Libia y ahora incluso en Túnez con la situación de Tierra Santa, donde, ´desde Dan hasta Beerseba´ (cfr 1 Sam 3,20), hay una total seguridad y una tranquilidad general”.

El 30% del empleo cristiano depende de los turistas

Además de buscar “un manantial de agua regeneradora para la fe” para la fe, las peregrinaciones son un instrumento para sostener la vida de los cristianos en la tierra de Jesús. Al menos el 30% de los cristianos en Jerusalén y Belén viven de la industria del turismo religioso.


La prosperidad de los negocios de los cristianos en Tierra Santa es interés de los cristianos de todo el mundo: pero a ese fin sirven, sobre todo, las peregrinaciones.

“Esto lo que quiere decir ni más ni menos", explica monseñor Marcuzzo, "es que cuando hay peregrinaciones al menos ese 30% trabaja normalmente, mientras que cuando hay crisis o merma de peregrinaciones ese 30% está expuesto a la desocupación, y por lo tanto, directa o indirectamente, a la emigración”.

El apoyo moral
La visita a los Lugares Santos conforta además a las comunidades cristianas, que “al ver llegar un autobús de peregrinos dicen o piensan más o menos de este modo: ‘¡Ah, están aquí! No nos han olvidado, todavía aman nuestra tierra, comparten al menos durante algunos días nuestra vida. Fortalecidos por su presencia y por su amor por nosotros, nos quedaremos y seguiremos adelante’”.

"A menudo", concluye el obispo, "la gente se pregunta qué podemos hacer para ayudar a los cristianos de Tierra Santa. Nuestra experiencia en Tierra Santa nos sugiere la siguiente respuesta: hay diversos modos, pero el medio más fácil y más eficaz para ayudar a Tierra Santa es la peregrinación misma. Una peregrinación le hace bien tanto al peregrino como al cristiano local, y no comporta cargas adicionales para nadie”.

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