El obispo Munilla ensalza la «potencialidad evangelizadora» de peregrinar a Tierra Santa: lo ha vivido

José Ignacio Munilla propone llevar a Tierra Santa a seres queridos con la fe apagada, porque es un lugar privilegiado para encenderla de nuevo.

El pasado 20 de enero, en el programa Sexto Continente de Radio María que dirige los lunes y viernes de ocho a nueve de la mañana, monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, ensalzó la «potencialidad evangelizadora» de peregrinar a Tierra Santa.

Precisamente acababa de regresar de allí, donde había dirigido una tanda de ejercicios para sacerdotes, algo que «no había hecho nunca» y que resultó «novedoso y maravilloso», incluida una misa «inolvidable» que celebró en el Gólgota.

El prelado insistió en «la potencialidad evangelizadora que tiene la peregrinación a Tierra Santa«: «Es el quinto evangelio, según expresión de San Jerónimo, que fue a Belén para traducir in situ al latín la Sagrada Escritura, para que la Palabra de ese Verbo que se había hecho carne pudiese ser entendida y conocida por todos los pueblos de aquel tiempo».

«Os invito a estar enamorados de Tierra Santa, a sentir como cosa nuestra los santos lugares», dijo Munilla, recordando que, cuando razones de salud o económicas o de otro tipo impiden la peregrinación, puede hacerse esa experiencia a través del testimonio de otros o a través de los medios, como si se hubiese ido allí personalmente.

A partir del 20 de febrero, la Peregrinación Virtual de Magdala te permite recorrer Tierra Santa sobre el terreno, de la mano del padre Juan Solana y con misa y meditaciones incluidas. La inscripción es gratuita y puede hacerse pinchando aquí.

Además, monseñor Munilla, contó que este potencial evangelizador no se circunscribe a quienes voluntariamente acuden como peregrinos, sino también a quienes pueden acudir por razones no religiosas.

Y contó un caso: «He sido testigo de padres que sufren porque han intentado transmitir la fe a sus hijos y ven que se han ido alejando de la fe en Dios y tienen la práctica religiosa arrinconada. Como una madre y abuela, ya viuda, que le dice a su hijo: ‘Hijo, me gustaría ir a Tierra Santa, pero no me atrevo a ir sola’. Y el hijo le dice: ‘Yo voy contigo, pido encantado una semana de vacaciones’. Y ese hijo, solo por complacer a su madre, la acompaña. Y allí, lejos del trabajo, totalmente relajado, con la ‘guardia’ baja, va escuchando, va viendo… va cayendo gota a gota sobre él la palabra de Jesús. El Hijo de Dios le esperaba«.

Es «un testimonio entre tantos» que él conoce, por lo que da el consejo de probar a llevar a esa peregrinación a personas que pueden ir por curiosidad, o por turismo, pero allí ven reavivarse su fe: «Tierra Santa es un lugar en primera línea de evangelización, es el encuentro con Cristo en el lugar donde se hizo carne, donde predicó la Buena Nueva, el Sermón de la Montaña, donde entregó su vida».

«¡Bendita Tierra Santa! ¡Bendito quinto evangelio!», concluyó el obispo.

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