El Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa -que acaba de ser nombrado cardenal- ha concedido una entrevista a Vatican News, en la que habla del aumento de la violencia, las amenazas e intimidaciones contra la comunidad cristiana en Israel: «No queremos protección, queremos vivir como ciudadanos libres en un Estado democrático».
Desde hace algunos meses, se están cometiendo actos de vandalismo por parte de extremistas judíos contra iglesias: se ha destruido una estatua de Cristo, se ha profanado un cementerio protestante y, más recientemente, han intentado «ocupar» algunas iglesias de la ciudad de Haifa.
Nueva generación de colonos
Pierbattista Pizzaballa, que recibirá el birrete cardenalicio de manos del Papa Francisco el próximo 30 de septiembre, ha expresado su preocupación ante la multiplicación de acciones violentas. El Patriarca pide la aplicación del derecho y el respeto de las garantías para las comunidades religiosas.
«Estamos asistiendo a un aumento de los ataques. Digamos que estos enfrentamientos, escupitajos, acusaciones, insultos, no son nada nuevo. Pero el aumento exponencial, sobre todo en la zona de Jerusalén, de la Ciudad Vieja, se ha convertido en motivo de preocupación tanto para la comunidad cristiana como para las autoridades israelíes, que dicen estar haciendo todo lo posible para evitarlo: pero sin mucho éxito hasta ahora», comienza diciendo.
Sobre el por qué de estos ataques, el patriarca lo vincula con diferentes razones. «Es muy difícil saberlo… Hay varios aspectos a tener en cuenta, no sólo uno. En los últimos meses hemos visto a muchos rabinos escribir y hablar públicamente contra estos fenómenos, pero también es cierto que hay quienes incitan a todo esto», comenta.
«También hay una nueva generación de colonos, pero no sólo ellos, que están menos acostumbrados a encontrarse con realidades diferentes a las suyas. Hay un clima general de violencia en el país que hemos visto tanto dentro de la sociedad israelí como dentro de la sociedad palestina. Así que esta cultura general de polarización también afecta a todo esto», añade.
El patriarca habla también sobre el caso de Haifa. «En Haifa hay un fenómeno diferente que está relacionado con una persona concreta, el rabino Berland, que está un poco fuera de control, que con sus seguidores está convencido de que en Stella Maris, en la iglesia de los carmelitas, está la tumba del profeta Eliseo, que en realidad no existe», explica.
«Se trata más bien de un fenómeno sectario. Este rabino también ha estado en la cárcel por diferentes cargos. Es un fenómeno un poco diferente, que sin embargo crea mucho nerviosismo en la comunidad cristiana, que incluso nos acusa a los líderes religiosos, diciendo: qué están haciendo, por qué no intervienen, no se pronuncian contra este fenómeno…», lamenta.
Un Gobierno con «otras prioridades»
A la hora de decir si se sienten protegidos los cristianos, Pizzaballa reconoce que no se trata de eso. «No queremos protección, queremos garantías, queremos derechos: queremos vivir como ciudadanos libres en un Estado democrático» asegura.
El patriarca comenta que se están tomando medidas. «Con el Jefe de Policía hemos hablado, nos hemos reunido. Está bastante presionado porque los medios de comunicación han creado mucha presión, lo cual es positivo en ese sentido. Algunas personas están siendo puestas ante la ley, pero aún queda mucho por hacer. Por parte del Gobierno, tal vez porque ahora tienen otras prioridades, hay menos atención. El Presidente del Estado de Israel ha hablado muy claro, públicamente, en contra de todo esto», explica.
Sobre si el actual Gobierno de Israel tiene algo que ver con la violencia, el patriarca afirma que son daños colaterales. «Considero que lo que nos está ocurriendo es una especie de daño colateral. No creo que el Gobierno tenga en la mira a los cristianos. Pero también es cierto que este Gobierno ha creado un clima muy tenso en el país: se habla de ‘supremacía judía’… Todo esto puede influir claramente, aunque sea de forma indirecta», asegura.
Puedes ver aquí cómo han aumentado los ataques contra los cristianos en Israel.
A la hora de hablar de «persecución religiosa», el patriarca comenta que hay que precisar. «Cuando se habla de persecución, pienso en lo que ha hecho el autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria e Iraq. Nosotros no estamos en esa situación. Hay problemas, eso seguro, pero no somos perseguidos«, concluye.