Cerca de concluirse la tregua estipulada entre Tregua y Gaza comenzada el pasado 15 de enero, han sido muchas las voces que han llamado a reanudar la normalidad y, con ella, las peregrinaciones.
Uno de ellos es Marwan Di’des, fraile franciscano de la Custodia de Tierra Santa que actualmente estudia Comunicación Institucional en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma), que recientemente ha sido entrevistado por Fundación CARF sobre sus vivencias de la guerra.
El franciscano, nacido en Jerusalén en 1974 de padre ortodoxo y madre católica, subraya la labor de los fieles por paliar las consecuencias del conflicto. Cuando hay una guerra, menciona, “todos vivimos sus consecuencias y todos sufrimos de la misma manera. La única diferencia, que intentamos hacer los cristianos católicos en Tierra Santa en tiempos de conflicto, es hacer lo posible por ser constructores de puentes para la paz”.
Se trata de un compromiso firmemente arraigado en la comunidad cristiana de Jerusalén que, independientemente de ser una minoría, les hace “marcar la diferencia en calidad”.
“No importa cuántos seamos, lo que importa es lo que hacemos y cómo lo hacemos. Somos constructores de puentes de paz entre las diferentes etnias, religiones y nacionalidades de la población de Tierra Santa”, comenta.
Una de sus prioridades, como la de muchos en Tierra Santa, es que se reactiven las peregrinaciones, fuente de vida en la región, pero también de esperanza, de desarrollo económico y social. Por ello secunda los recientes llamamientos de Francesco Patton, custodio de los santos lugares y el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, para retomar las peregrinaciones.
“Saben que los lugares santos todavía están allí, y la gente de Tierra Santa todavía está esperando a que los peregrinos cristianos de todo el mundo los visiten”, asevera Marwan.
Marwan Di’des es solo uno más de los muchos que dicen que, en Tierra Santa, los cristianos no solo pueden acudir con normalidad y sin peligro, sino que de hecho son efusivamente recibidos por los cristianos locales, que aguardan con emoción la llegada de los peregrinos y sentirse en unión con ellos como hermanos de la misma Iglesia.
“También debo decir que los peregrinos que lleguen a los lugares santos se encontrarán con el sufrimiento de su pueblo a causa de la guerra, pero os aseguro que su presencia será de gran consuelo para todos, cristianos y no cristianos”, subraya.
En este sentido, se refiere a ese sentimiento de pertenencia a la Iglesia universal como una de las necesidades prioritarias de los cristianos de Israel.
“A veces se habla de que necesitamos fondos económicos, otras justicia y paz, incluso apoyo psicológico. Pero en esta época de posguerra, creo que lo más importante para Tierra Santa y sus poblaciones es la presencia internacional de la Iglesia universal en medio del caos. Creo que la presencia y el estar allí es lo que realmente necesitamos con mucha urgencia en Tierra Santa. Cuanto más peregrino cristiano esté presente en la tierra de la salvación, más presente estará con ellos la Iglesia universal”, remarca.
