El Papa Francisco nombró el pasado 13 de septiembre al arzobispo Leopoldo Girelli como nuncio apostólico en Israel y delegado apostólico en Jerusalén y Palestina. Actualmente era nuncio en Singapur y en el Sudeste Asiático y representante pontificio en Vietnam.
Nacido en Predore, en la provincia de Bérgamo, en 1953, fue ordenado sacerdote en 1978 y se incorporó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1987, con destinos en Camerún, Nueva Zelanda y Estados Unidos y en la misma Secretaría de Estado. En 2006 fue consagrado obispo con la dignidad de arzobispo al ser designado nuncio en Indonesia y Timor Oriental.
Dada la peculiar situación de Jerusalén ante el Derecho Internacional, las representaciones diplomáticas ante el Estado de Israel se encuentran en Tel Aviv, por lo cual monseñor Girelli frecuentará ambas ciudades.
Con este nombramiento, las tres grandes personalidades de referencia de la Iglesia en Tierra Santa serán italianas: además del nuevo nuncio (que siempre ha sido de dicha nacionalidad), lo son el Custodio de Tierra Santa, el padre Francesco Patton, y el administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa.
Monseñor Girelli sustituye en el cargo al arzobispo Giuseppe Lazzarotto, quien lo abandona al cumplirse tanto el término de su mandato como la edad de jubilación episcopal. En una carta dirigida a los obispos, religiosos y comunidades cristianas de Tierra Santa, monseñor Lazzarotto expuso sus emociones al abandonar el lugar: «He tenido el enorme privilegio de pasar aquí estos últimos cinco años de los cuarenta y seis al servicio diplomático de la Santa Sede. Me llevo en el corazón el recuerdo imborrable de muchos momentos de alegría y de esperanza, pero también de inquietud y preocupación, que he compartido con vosotros de muchas maneras. Ahora, liberado de los desvelos por los numerosos compromisos cotidianos, podré dedicar más tiempo a la reflexión y a la oración, en las que la Tierra Santa y todos vosotros tendréis un lugar especial».