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El Gran Adviento, la nueva devoción de raíz bíblica que celebran dos parroquias de lengua hebrea

En Israel, la mayoría de los católicos son tradicionalmente de etnia y lengua árabe y celebran la liturgia en ese idioma -algunos en griego o en siríaco-, pero hay unas pocas comunidades que son de lengua hebrea.

Se trata de personas de origen judío o descendientes de judíos, o de origen ruso o ucraniano. Hablan hebreo y étnicamente el estado les puede considerar judíos, pero de religión son católicos. Algunos son conversos desde el judaísmo, pero la mayoría pertenecen a familias que no practicaban ninguna religión y en cierto momento optaron por el catolicismo.

Otras veces, a estas comunidades acuden ya los hijos de inmigrantes filipinos o indios o rusos o algún occidental. Quizá sus padres van a misa en inglés, en tagalo o en ruso (hay comunidades católicas rusas en Latrún y Haifa), pero ellos han ido al colegio israelí, en lengua hebrea, y viven su religión en esta lengua.

Hay comunidades católicas de lengua hebrea en 5 localidades: Jerusalén, Tel Aviv, Haifa, Beer Sheba y Tiberias, todas coordinadas en el vicariato para Católicos de Lengua Hebrea.

La kehilla (comunidad) de Jerusalén celebra desde hace 30 años una devoción peculiar, el Gran Adviento, y desde 2011, la kehilla de Haifa también lo hace.

Enlazar con el calendario israelí y recordar a Dios como Creador

El objetivo es recordar grandes figuras bíblicas del Pentateuco justo cuando los judíos también lo hacen a partir de la fiesta la Alegría de la Torá, cuando vuelven a leer la Biblia desde su inicio. También permite recordar a Adán y Eva, como nuestros primeros padres, y a Dios como Creador del mundo (una fiesta que, curiosamente, no existe en el ciclo litúrgico latino).

El Gran Adviento, explican, es una celebración «moderna», creada para que los católicos de contexto hebreo enlacen con la fiesta de Año Nuevo hebreo, cuando empiezan el ciclo de lecturas de la Torá (el Pentateuco, los 5 primeros libros de la Biblia), y al mismo tiempo mantenerse en comunión litúrgica con la Iglesia universal.

Así, consideran que el año litúrgico para estos católicos hebreos empezaría el primer domingo después del Sábado de Bereshit (sábado del Génesis) en que los judíos vuelven a proclamar la lectura de inicio de Génesis (es decir, el sábado tras la fiesta hebrea de Simjat Torá, «la alegría de la Ley»).

El Gran Adviento de los católicos hebreos presta atención a dos fechas: el primer domingo tras el Sábado del Génesis y el quinto domingo anterior a Navidad (el Adviento latino).

1. Desde el domingo tras el Sábado de Bereshit hasta el 5º domingo antes de Navidad, en cada misa de domingo se prestará atención a algunas de las grandes figuras del Antiguo Testamento. Como mínimo, deben conmemorarse las figuras de Adán y Eva, de Noé, de Abraham, de Moisés y de David. Se pueden añadir también las de José y otros patriarcas y matriarcas de Israel. Se enfatizará cómo prepararon el camino del Mesías. El 5º domingo antes de Navidad, se conmemora al Rey David, nacido en Belén, antepasado y prefiguración de Jesús. En misa se leen las lecturas que tocan según la liturgia, pero se añade una breve lectura sobre el personaje que se recuerda.

2. En los 4 últimos domingos antes de Navidad -es decir, los del Adviento católico de cualquier parroquia- los temas conmemorados serán los profetas, Juan Bautista, el gozo de Adviento (domingo de Gaudete) y María. No se hace la lectura extra, aunque en los prefacios se pueden dar más detalles de la historia de la salvación como preparación a la venida del Mesías.

Por último, en la octava final antes de Navidad (del 17 al 24 de diciembre) todo el énfasis se centra en el inminente nacimiento de Jesús en Belén.

El resultado es que estas dos parroquias empiezan a sentir el Adviento antes, con esas semanas previas de contenido bíblico, que enlazan con el ritmo que celebra la población judía de Israel.

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