El Terra Sancta College de Amán (Jordania) fue protagonista el pasado fin de semana de un simposio de escuelas cristianas francófonas organizado por L’Œuvre d’Orient, al que asistieron más de 250 representantes de distintos países de la región.
El congreso contó con la presencia de directores y secretarios generales de escuelas católicas del Líbano, Siria, Turquía y Jordania. Muchos de los participantes eran religiosos, sacerdotes y laicos.
550 centros y 400.000 alumnos
En el centro de las ponencias estuvieron los jóvenes que han decidido permanecer en sus países de origen en vez de optar por la migración como otros de su edad.
París, en 2014 y 2016; Beirut, en 2018; y, ahora, Amán 2023, han sido las cuatro ediciones de este simposio. Un encuentro que sirve para mejorar la coordinación entre las diferentes realidades de la región.
Desde 2020 este esfuerzo ha sido financiado a partes iguales por el Gobierno francés y por L’Œuvre d’Orient. Un total de 8,2 millones de euros han permitido sostener 211 escuelas y proyectos.
Las ayudas concedidas se destinan generalmente a la renovación de las escuelas, el salario de los profesores, el apoyo al transporte escolar de los niños y al material escolar y didáctico, incluyendo los equipos informáticos.
Las escuelas de habla francesa tienen cerca de 400.000 alumnos en 550 centros: 329 en el Líbano, 170 en Egipto, 35 en Jordania y Tierra Santa, seis en Irak y ocho en Siria.
Este año el tema de la conferencia fue «El futuro de los jóvenes en las escuelas cristianas en Medio Oriente» y destacó en particular el importante papel que desempeñan las escuelas cristianas de habla francesa para garantizar la estabilidad de las poblaciones en las que se encuentran.
Con jóvenes cada vez más tentados por la perspectiva de la emigración, la misión de las escuelas francófonas cristianas es precisamente ofrecer una formación de excelencia y oportunidades profesionales a nivel local.
El embajador francés en Jordania, Alexis Le Cour Grandmaison, leyó un mensaje del jefe de Estado francés, Emmanuel Macron:
«Francia tiene un compromiso de larga data con los cristianos de Oriente… Este compromiso a largo plazo ha conservado toda su vitalidad e ímpetu. Lo he visto en el Líbano, mientras el país continúa hundiéndose en una crisis sin precedentes.
Lo he visto en Irak, donde Œuvre d’Orient está haciendo un trabajo notable para apoyar a las comunidades cristianas y las minorías religiosas, que han sufrido especialmente bajo el yugo de Daesh. También podría citar la calidad, fuerza y utilidad de su trabajo en otros países de la región, desde Armenia hasta Egipto».
Al finalizar, el presidente de la institución católica, monseñor Pascal Gollnisch, se dirigió a la asamblea preguntando: «¿Qué tipo de sociedad queremos para los jóvenes de Oriente Medio? Los cristianos deben ser capaces de desempeñar un papel activo en estas sociedades. Debemos superar las dificultades. La fuerza de los cristianos de Oriente Medio es ponerse al servicio de los pueblos en nombre del Evangelio».