La enfermería de la Custodia de Tierra Santa se encuentra en el último piso del Convento de San Salvador de Jerusalén. Fue construido en 1955 para atender a los franciscanos que por su edad o sus condiciones de salud necesitan atención médica o ayuda personal porque no son autónomos.
Actualmente son ocho frailes al cargo de fray Jad Sara, nacido en la propia Ciudad Santa, quien está en esta misión desde el año 2006. Tenía 26 años y confiesa que estaba muy nervioso ante el desafío de atender a religiosos con tantos años de vocación, pero al final la experiencia le enseñó a tener «mucha paciencia»: «Me ha cambiado mucho«.
Él mismo recuerda que «San Francisco quería que cuidásemos a los frailes enfermos», de manera que no sufriesen de soledad cuando les fallasen las fuerzas.
Por ello, tras las reformas realizadas en 2009 han incorporado oxígeno en las habitaciones, dos unidades de cuidados intensivos, nuevos baños, una sala para el médico y una farmacia. El cercano Hospital de San José, en virtud de un acuerdo suscrito con la Custodia, garantiza atención de urgencia las 24 horas del día y visita médica tres días a la semana. El resto del tiempo hay enfermeros, dos religiosas y personal de limpieza y cocina.
Los frailes internados «rezan mucho«, explica el padre Sara. Tienen misa diaria y confesión y dirección espiritual una vez al mes.
Desgraciadamente, muchos terminan allí sus días. Fray Jad reconoce que cuando, recién llegado, se murió el primer fraile, estuvo dos semanas impactado. Desde entonces ha acompañado a otros en ese último trance, siempre transmitiéndoles lo mismo, además de la unidad en la oración: «No estás solo. Estamos contigo«.