El rey Abdallah II de Jordania ha afirmado que los santos lugares cristianos reciben de la monarquía hachemita “la misma atención y cuidado reservados para los lugares sagrados musulmanes”, y por tanto «continuará sus esfuerzos para proteger estos sitios y defender las propiedades de las iglesias en todos los foros internacionales y sesiones de la Unesco”.
Esta nueva reivindicación jordana de su papel «protector» de Tierra Santa se refiere en particular al status quo de la ciudad de Jerusalén, y de hecho tuvo lugar tras el encuentro del monarca, el pasado 18 de octubre, con el patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III, a quien recibió en el Palacio Al Husseiniya, en compañía del príncipe Ghazi, consejero del Rey para Asuntos Religiosos y Culturales.
Según informa la Agencia Fides, ambos abordaron la disputa sobre las propiedades de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén adquiridas en 2004 por la organización judía Ateret Cohanim, un caso que ha vuelto a salir a la luz después de que la Corte Suprema de Israel rechazara las iniciativas legales del Patriarcado greco ortodoxo de Jerusalén para reconocer tales “apropiaciones” como “ilegales” y “no autorizadas”. Este asunto también ha reabierto la controversia en la Iglesia greco ortodoxa de Jerusalén, alimentada por grupos de fieles árabes que atribuyen al mismo Patriarcado la enajenación voluntaria de sus propiedades en beneficio de instituciones israelíes y organizaciones judías.
“Todo intento de confiscar la propiedad de los cristianos en Jerusalén Oriental”, declaró el rey Abdallah tras el encuentro, «debe considerarse nulo».