La Santa Sede informó que el Papa Francisco aceptó la renuncia de Su Beatitud Fouad Twal, por límite de edad, al cargo de Patriarca Latino de Jerusalén y nombró como Administrador Apostólico (temporal) al padre Pierbattista Pizzaballa, hasta el nombramiento del nuevo Patriarca.
Hasta el mes de abril el padre Pizzaballa fue Custodio Franciscano de Tierra Santa, cargo que ocupó durante 12 años. Con este nombramiento el sacerdote será ordenado arzobispo en septiembre.
El padre Pizzaballa nació en Cologno al Serio (Italia) en 1965, pronunció los votos perpetuos en 1989 y fue ordenado sacerdote en 1990.
Después de su Bachillerato en Teología en el Pontificio Ateneo Antonianum de Roma, completó sus estudios en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén y posteriormente fue profesor de hebreo bíblico en la Facultad Franciscana de Ciencias Bíblicas y Arqueológicas de Jerusalén.
Comenzó su servicio en la Custodia de Tierra Santa en 1999 y en 2011 fue nombrado Guardián del convento de los santos Simeón y Ana en Jerusalén. Se ha dedicado a la pastoral de los fieles católicos de expresión hebrea y fue nombrado vicario patriarcal de 2003 a 2008.
El Definitorio General lo eligió Custodio de Tierra Santa y Guardián de Monte Sión en 2004, cargo que ha desempeñado hasta el pasado mes de abril.
Se me pide regresar a Jerusalén
En un mensaje difundido por el Patriarcado Latino de Jerusalén, el padre Pizzaballa pidió oraciones a los fieles por esta nueva labor. “Como a los apóstoles, también a mí el Señor, a través del Papa, me pide regresar a la Ciudad Santa después de mi experiencia como Custodio”, expresó.
“No escondo estar sorprendido por tal pedido, conociendo mis personales y objetivos límites. Pueden por tanto imaginar cuál sea mi ansiedad y preocupación por el encargo que me fue confiado. Puedo también comprender sus tantas preguntas y quizá también cualquier perplejidad”, expresó.
Sin embargo, afirmó, “sé bien que es Él quien llama y manda y en Él confío”.
El nuevo arzobispo aseguró que regresa a Jerusalén “con el deseo de servir sobre todo al clero local y a toda la comunidad, pidiendo a todos comprensión, amistad y colaboración”.
En ese sentido, dijo que en el día de su nombramiento Solemnidad de San Juan Bautista, “vengo enviado delante del Señor para prepararle el camino justo donde comenzó todo”. Una labor, afirmó, realizada por su predecesores y que compartirá con el pueblo y clero que se le ha confiado. “Preparar el camino, otra cosa no se nos ha pedido”, señaló.
Asimismo, se refirió a los jóvenes y recordó que “son el futuro de nuestra Iglesia y a ellos miramos con esperanza y confianza”.
“La salvación tiene la ‘forma’ del encuentro: secundando la invitación del Papa Francisco, quisiera que volviese a salir de Jerusalén, de esta Tierra Santa y herida, para nosotros y para toda la Iglesia, la capacidad de encontrarnos y de acogernos los unos a los otros, construyendo caminos y puentes y no muros”, con “los hermanos y amigos hebreos y musulmanes” y con todos los que tienen necesidad de misericordia y esperanza”.
“Solo así podremos responder plenamente a la especial vocación de la Iglesia de Jerusalén, Iglesia de los Lugares Santos”, expresó.