Aunque todavía no ha alcanzado su límite máximo, el nivel de las aguas en el Mar de Galilea (Kinneret para los judíoas) ha pasado en muy poco tiempo de la alarma por sequía a una abundancia que el meteorólogo Barry Lynn, en declaraciones a Jerusalem Post, calificó como de proporciones bíblicas.
«José predijo siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre», dijo Lynn, «pero en nuestro caso hemos tenido siete años de sequía seguidos ahora por una lluvia inesperada«.
En efecto, a consecuencia de unas precipitaciones situadas un 131% por encima de la media, las aguas llegaron a crecer 11 centímetros en un solo día. En total, ha crecido 2,8 metros desde el inicio de las lluvias.
El también conocido como Lago de Genesaret o Mar de Tiberíades es el principal reservorio de agua del estado de Israel, por lo que estas noticias están siendo bienvenidas. Lo curioso es que esto sucede cuando estaban a punto de alcanzarse los niveles más bajos desde 1926, cuando empezaron a registrarse. Todo el país se ha visto beneficiado de esta abundancia, también el Mar Muerto.