«Ver y tocar de primera mano las raíces de la fe» en Tierra Santa puede cambiar el ministerio de un religioso. Diecisiete franciscanos de las provincias españolas de la Inmaculada Concepción y Arantzatzu lo experimentaron en primera persona con unos ejercicios espirituales que incluyeron un recorrido por los sagrados lugares. Allí, los frailes de la Custodia les transmitieron la espiritualidad que se desprende de cada enclave o santuario vinculado a la vida de Jesucristo.
«Debería ser obligatorio»
«El viaje a Tierra Santa debería ser obligatorio para todos los sacerdotes. Los sacerdotes no deberían predicar sin haber pisado Tierra Santa»: es una sentencia célebre que reiteró uno de los ejercitantes, el padre Antonio de la Presilla, y que se hace realidad para otro, el hermano Mikel Santiago, una vocación tardía que tiene ya próxima la ordenación y formó parte del grupo.
También en el ámbito franciscano, hicieron lo mismo treinta clarisas de la Federación Bética de España, algunas de las cuales llegaban a Tierra Santa por primera vez. «Ha sido el regalo por mi 50º cumpleaños», explicó Sor María Belén: «Mi comunidad me ha permitido ver lo que llevo en el nombre. He tocado Belén, he tocado todos los Santos Lugares donde el Señor estuvo. Cada paso que das, cada vez que respiras, dices: Este mismo aire lo respiró el Señor».
Las dudas de fe se vienen abajo
Esa idea de «tocar» emocionó asimismo a Sor María Teresa, porque «si tienes alguna duda de fe, aquí se te viene abajo porque Cristo vivió, murió y resucitó aquí».
El padre Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, recibió a las religiosas y les explicó cuál es allí la labor de los frailes para mantener viva la llama de la oración y de la caridad en aquellos lugares donde va mermando el número de cristianos.
Sor María Teresa aseguró a Christian Media Center que vuelven a su casa «con el compromiso serio de sostener con la oración a estos hermanos que están dando la vida por custodiar los Santos Lugares».