José Enrique de Castro fue ordenado sacerdote este sábado 9 de mayo en Roma por Javier Echevarría, prelado del Opus Dei. Se trata de un joven que, tras licenciarse en Derecho y ejercer un año y medio como abogado, se fue a Jerusalén como profesor de español.
"Me atraía ver Tierra Santa, contemplar los pasos que siguió Cristo durante su vida terrenal", explica a la agencia de noticias del Opus Dei.
El nuevo sacerdote señala lo mucho que influyó en su vocación su vida allá: "Los cristianos de Tierra Santa me han enseñado a vivir la fe con naturalidad en todas las esferas de su vida, tanto personal como social. En Oriente Medio, y también en Jerusalén, la identidad se conforma con la religión: la religión forma parte muy importante de tu identidad, también social. Ser cristianos es para ellos un motivo de orgullo".
José Enrique de Castro cuenta su preferencia especial por Getsemaní, un lugar "realmente conmovedor" porque en él "se respiran esos momentos de oración de Jesús antes de la Pasión".
Sobre el conflicto entre israelíes y palestinos, seña que allí "no es fácil la convivencia" y muchas familias laabandonan el país en busca de una vida mejor": "Si cada cristiano fuera consciente de que es otro Cristo, contribuiría de forma definitiva para difundir la paz en Oriente Medio. Como sacerdote quiero poner mi granito de arena impartiendo los sacramentos: la comunión con Dios y el perdón con Dios; la paz que viene de Dios y que solo Dios puede dar".
La misión del sacerdote
En ese sentido, se identifica con las palabras del Papa en su viaje a Jerusalén, pronto hará un año (fue del 24 al 26 de mayo de 2014). Allí Francisco marcó como un camino para los sacerdotes y laicos que viven allí la imitación de la Virgen y San Juan "cuando están al pie de la Cruz". Y al pensar en las palabras del Papa evocando "tantas cruces en las que Cristo sigue crucificado", añade el padre Castro: "Yo también lo quiero para mi camino como futuro sacerdote, estar junto a las personas en su sufrimiento".