«Muchas veces existe la tentación de sentirse solos, olvidados. Pero eso no es cierto. Todos los cristianos del mundo aman Tierra Santa, oran por ella, la ayudan y vienen a visitarla. Desde un punto de vista espiritual, Tierra Santa es el hogar de todos los cristianos. Es la tierra de Jesús. Nosotros reconocemos la solidaridad de la Iglesia universal hacia Tierra Santa»: así lo afirma el obispo auxiliar y vicario patriarcal de Israel, el italiano Giacinto-Boulos Marcuzzo, en una entrevista concedida a Vida Nueva en el patriarcado latino de Jerusalén.
Monseñor Marcuzzo señala también los riesgos que afronta la región: «Durante siglos, muchas asociaciones han trabajado para que haya un futuro y una presencia cristiana en Tierra Santa. Y es que el problema real es que la gran emigración que vivimos puede abocar en que Tierra Santa se vacie de cristianos. Por eso, uno de los principales objetivos de nuestra pastoral es que haya siempre una floreciente presencia cristiana».
Respecto a las dificultades de ser cristiano en Tierra Santa en estos tiempos, señala que «quien vive en Oriente Medio tiene que saber convivir con los demás. Es decir, mantener las puertas siempre abiertas, saber construir puentes… Los cristianos somos una minoría, y no tenemos el menor interés en encerrar a nadie en un gueto. Tenemos que saber ser leales a nuestra Iglesia, a nuestra fe y a nuestra tradición cristiana, al mismo tiempo que estamos abiertos al diálogo y a la colaboración con los demás. No es fácil, pero creo firmemente que debemos aprender de la historia, de la experiencia del pasado y continuar en este camino de apertura a los otros».