Veteranos de guerra acuden a Tierra Santa a encontrar la paz, superar el estrés postraumático e incluso bautizarse

Rory Shaffer, veterana del ejército norteamericano de 42 años, conversa con soldados judíos en Jerusalén. Foto: Debbie Hill / CNS.

En marzo de 2010, Judy Isaacson Schaffer, profesional del márketing y las ventas, hija de un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial, puso en marcha la Fundación Heroes to Heroes para ayudar espiritualmente a veteranos de guerra de Estados Unidos y prevenir el suicidio de aquellos que vuelven del campo de batalla con estrés postraumático.

Para ello, programan viajes a Tierra Santa en grupos de quince peregrinos: diez norteamericanos, cinco israelíes y dos guías, también ex combatientes. Son, pues, cristianos, católicos o no, y judíos. En los últimos seis años han llevado a catorce grupos de veteranos, algunos de tiempos de Vietnam, a conocer los santos lugares y también a celebrar algunos encuentros con soldados israelíes que han pasado por problemas similares.

El último de ellos, y segundo de mujeres militares, hizo la peregrinación del 5 al 12 de septiembre. Entre otras cosas, visitaron Belén y algunos se bautizaron en aguas del Jordán.

Our Sunday Visitor habló con Rocío Villanueva, de 31 años, una mujer católica de la parroquia de Santa María en Escondido (California), madre de cuatro hijos. Miembro del arma de Ingenieros, resultó herida en Irak y sufre estrés postraumático. Explica que, aunque educada religiosamente, había perdido poco a poco contacto con la fe, pero esa semana en Tierra Santa ha sido para ella una «renovación espiritual«.

«A partir del tercer día empecé a sentir la sanación en mi corazón. En la Iglesia de la Anunciación, en Nazaret, me sentí tan bien que hablé con Dios«, comenta: «Mi familia me ha ayudado físicamente, pero con lo que yo llevaba en mi interior era realmente difícil abrirme. Tenía tanta ira en mi corazón y estaba tan triste, que lloraba por cualquier cosa. Aquí se ha abierto mi corazón. Me confesé y sentí que Dios me hablaba por medio del sacerdote».

Otra de las peregrinas era Rory Shaffer, de 42 años y madre de tres hijos (en la foto). Estuvo dos veces en Irak, vio suicidarse a un soldado en combate y en una explosión resultó herida gravemente al tiempo que morían tres compañeros. «Nunca me recuperaré del trauma, pero puedo superarlo«, dice.

Para ello, además de la relación con el resto de peregrinas y del intercambio con soldados israelíes en situación similar, los veteranos (veteranas, en este caso) de Heroes to Heroes visitan los Santos Lugares y se comprometen a mantener el contacto durante un año después del viaje.

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