La Iglesia Católica, y las distintas confesiones cristianas, son un pilar fundamental en Tierra Santa y aportan una estabilidad en la región. Y los datos lo avalan. Un estudio promovido y financiado por la Pontifical Mission de Jerusalén y por la Dar Al Kalima University College of Arts and Culture (Centro Académico fundado en Belén por el pastor y teólogo luterano Mitri Raheb) atestigua que las instituciones cristianas que trabajan en Palestina son el tercer “empleador” de la población local, inmediatamente después de la Autoridad Nacional Palestina y de la UNRWA, la agencia de la ONU encargada de socorrer a los refugiados palestinos en Oriente Medio.
Tal y como recoge Fides, la encuesta, cuyo objetivo es documentar el papel de las instituciones vinculadas a las Iglesias y comunidades cristianas en Palestina y su impacto en la sociedad palestina, fue realizado durante cinco meses bajo la coordinación del investigador George Akroush.
Representa una especie de “cartografía” actualizada de las instituciones eclesiales que trabajan en el contexto social palestino. Los resultados de la investigación dan fe del importante impacto que ejercen las instituciones de base cristiana dentro de la comunidad palestina, a pesar de los procesos migratorios que en las últimas décadas han provocado una disminución constante del componente cristiano dentro de la población de los territorios palestinos.
El estudio ha hecho un seguimiento de la contribución ofrecida al desarrollo del tejido social palestino por 296 instituciones cristianas presentes y operativas en Jerusalén, Cisjordania y la Franja de Gaza: 93 escuelas, universidades y centros de formación profesional, 19 instalaciones sanitarias, 47 instituciones de protección social, 77 centros culturales y de promoción turística territorial, 38 centros juveniles y de scouts, un centro de protección del medio ambiente y 21 agencias de desarrollo locales e internacionales.
El estudio muestra que las obras sociales y caritativas cristianas llevan a cabo su servicio en beneficio de cientos de miles de palestinos, independientemente de sus diferentes afiliaciones políticas y religiosas. La red de obras e instituciones promovidas por las Iglesias y comunidades cristianas en Palestina emplea actualmente a más de 9.000 trabajadores, de los cuales 5.017 son cristianos y 4.081 musulmanes, superando con creces el número de personas empleadas por empresas individuales y privadas y situándose en el tercer lugar entre los organismos que garantizan el empleo y los salarios a la población local, justo por detrás del aparato público de la Autoridad Nacional Palestina y de la agencia creada ad hoc por la ONU para apoyar a los refugiados palestinos en materia de empleo.
La encuesta también ha cuantificado en 416 millones de dólares la cantidad de recursos económicos que mueven cada año las instituciones y obras de matriz eclesial activas en sectores vitales como la sanidad, la educación, los servicios sociales, la formación profesional. Obras que, de un modo u otro, benefician al menos al 37% de la población palestina de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este, y que además indirectamente proyectan efectos positivos en la vida social de todo el pueblo de Palestina.
Por ejemplo, el estudio muestra que de los seis hospitales especializados que funcionan en Jerusalén Este, cuatro son propiedad de instituciones y comunidades eclesiásticas, y prestan atención especializada (oncología, pediatría, oftalmología, etc.) a más de 330.000 pacientes cada año.