Seminaristas en Belén: así ven su vocación jóvenes de todos los países aspirantes a franciscanos de la Custodia

Seminaristas en Belén, un semillero de vocaciones franciscanas para Tierra Santa.

Son jóvenes y viven el raro privilegio de discernir su vocación en Belén.

Ellis Luciano es un joven que trabajaba para un canal de televisión y era profesor en una empresa de producción de vídeo. Un viaje a Tierra Santa cambió sus planes y su “visión de vida” y ahora está haciendo una experiencia vocacional con los frailes franciscanos.

En declaraciones al Christian Media Center, Luciano, que es de origen filipino, indicó que antes de ir a Belén, donde realiza su discernimiento, “trabajaba para una televisión y una empresa de producción de vídeo, como formador. Tenía una buena profesión, una buena experiencia… Pero un viaje a Tierra Santa me cambió. Cambió mis planes y mi visión de la vida”.

Ellis Luciano.

Luciano manifestó que ha vivido una transformación radical. “De una vida exuberante, en el mundo televisivo, llena de diversiones, donde yo era el profesor, a estar yo en formación, en diálogo con el Señor y a descubrir mi vocación”, prosiguió.

“Sí, he perdido algo, pero he encontrado algo mejor. He encontrado unos hermanos, una comunidad. He encontrado una espiritualidad y, ciertamente, una nueva manera de seguir a Jesús”, expresó.

Proyecto vocacional de la Custodia

Luciano es parte de un proyecto vocacional que la Custodia de Tierra Santa ha puesto en marcha hace cuatro años.

El padre Enrique Segovia Marín, responsable de la Casa de Acogida en Belén, explicó que “aquí encontramos chicos que vienen a hacer una primera experiencia, para conocer Tierra Santa y la Custodia. Están aquí hasta el mes de julio: son nueve meses de una experiencia que hacen todos juntos”.

El grupo actual está integrado por siete jóvenes provenientes de Latinoamérica y Asia.

Uno de ellos es Marcel Handal originario de Palestina.

Marcel Handal.

“Me vino la vocación hace tres o cuatro años, durante una marcha franciscana. Allí descubrí que la vida de los frailes y de las religiosas no es solo oración, sino también vivir una alegría interior, aunque no tengan nada. No tienen coches, no se casan y no tienen hijos… pero los ves felices mientras cantan y bailan”, señaló Handal.

“Al principio fue difícil, sobre todo para mi familia, siendo hijo único. Pero después de haberlo dejado todo, he encontrado una alegría que me ha dado un gran gozo”, añadió.

Por su parte Elisa Lishan, también proveniente de Palestina, indicó que todos aprenden italiano para comunicarse y que comparten momentos de oración y estudio que son parte de la vida cotidiana de los franciscanos para discernir si este es su camino.

Yuri Deón.

“Mi impresión aquí es positiva. Cuando dejas tu país descubres otras culturas y esto te abre la mente… Te muestra que no tienes razón solo tú, sino también otras personas, que tienen otras ideas o que son diferentes a ti… Esto te hace crecer”, expresó Yuri Deón, un joven originario de Brasil.

 

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