Por primera vez desde la conquista otomana, Chipre vuelve a tener obispo latino

El cardenal Pizzaballa, Patriarca Latino, coloca la mitra a Bruno Varriano, su nuevo obispo auxiliar
El cardenal Pizzaballa, Patriarca Latino, coloca la mitra a Bruno Varriano, su nuevo obispo auxiliar

En 1571 los turcos otomanos arrebataron Chipre a los venecianos, y aunque los cristianos vencieron en Lepanto unos meses después, no pudieron recuperar la isla, que estuvo bajo dominio otomano hasta el siglo XX. Aún hoy los turcos dominan militarmente la zona norte de la isla.

Hace 340 años que murió el último obispo latino de Chipre, y nunca desde entonces fue ordenado un obispo latino allí. Esto ha cambiado este sábado 16 de marzo, cuando el brasileño Bruno Varriano, de 52 años, ha sido ordenado obispo en Nicosia por el Patriarca Latino, Pierbattista Pizzaballa, que es el pastor principal de la diócesis latina de Tierra Santa, que incluye Chipre, Palestina, Jordania e Israel. Varriano es ahora uno de los obispos auxiliares de Jerusalén, el encargado como vicario de residir en Chipre y cuidar a sus católicos.

A la ceremonia, de sabor histórico, acudieron unas 1.300 personas, entre ellos, el cardenal portugués Américo Aguiar, el nuncio apostólico en Jordania y Chipre, Giovanni Pietro Dal Toso, 40 obispos de distintos ritos, delegados de otras iglesias cristianas y un centenar de sacerdotes.

«Tu primera misión es ser cercano a todos», dijo el Patriarca Pizzaballa a Varriano, que tiene un título en psicología clínica, llegó a Tierra Santa en 1999 y fue durante 9 años el rector en la Basílica de la Anunciación, en Nazaret. Lleva sólo 2 años en Chipre. Tras vivir casi un decenio en la casa de la Virgen María en Nazaret, ha tomado como lema episcopal su frase: «Según tu palabra».

Obispos católicos de distintos ritos con el cardenal Pizzaballa y el nuevo obispo auxiliar para Chipre
Obispos católicos de distintos ritos con el cardenal Pizzaballa y el nuevo obispo auxiliar para Chipre

Mayoría de cristianos ortodoxos, muchos latinos inmigrantes

Chipre tiene 1,2 millones de habitantes. En la zona controlada por la República de Chipre, un 90% son cristianos ortodoxos. Si se suma la zona controlada por Turquía, los cristianos son un 73% y los musulmanes un 25%.

Los católicos siempre fueron muy pocos, pero en las últimas décadas se han afincado en la isla católicos de distintos ritos y países, con una mayoría de lengua árabe o griega. Se calcula que hay unos 40.000 católicos en el país, aunque el nuevo obispo sólo pastoreará a los de rito latino. Muchos son católicos maronitas (de origen libanés), armenios o melquitas (grecocatólicos).

Entre sus parroquianos católicos latinos, ahora son muy numerosos los filipinos, ceilandeses, indios y africanos de países francófonos, y se hicieron presentes en el coro de la ordenación.

Clero grecocatólico y feligreses latinos de Chipre con el nuevo obispo Bruno Varriano en Nicosia
Clero grecocatólico y feligreses de Chipre con el nuevo obispo Bruno Varriano en Nicosia

Pizzaballa avisó, dado el contexto histórico: «No estamos aquí para celebrar la restauración de la antigua gloria. Somos y seguimos siendo una pequeña realidad de la Iglesia católica, inserta en un contexto religioso más amplio, en particular grecoortodoxo, pero no sólo grecoortodoxo. Pretendemos colaborar en un espíritu de armonía y respeto».

Le impusieron las manos primero el cardenal Fortunato Frezza (italiano de 80 años, mucho tiempo oficial en Roma, sólo lleva 2 años de obispo y cardenal) y el arzobispo maronita de la isla, Selim Sfeir, que pastorea unos 13.000 fieles. Después, el resto de los obispos presentes.

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