Pueblo de Dios, el programa de información religiosa de RTVE, ha dedicado un reportaje de media hora a la comisaría de Tierra Santa en Madrid, un ejemplo de cómo funcionan estas «embajadas» de la Custodia franciscana de Tierra Santa.
Los franciscanos llegaron con San Francisco a Tierra Santa hace 8 siglos. Hace 6, en 1421, el Papa Martín V autorizó al guardián del Monte Sión a establecer «procuradores o comisarios» en los países cristianos, para pedir lo necesario para sostener la misión de los franciscanos en Tierra Santa y el cuidado de los santos lugares.
Hoy hay 77 comisariados en 57 naciones, que con sus colectas e iniciativas ayudan incluso en este año de pandemia.
Los territorios que cubre la Custodia franciscana de Tierra Santa son Israel, Líbano, Siria, Jordania y Chipre. Sirven pastoralmente a cristianos de rito latino en 29 parroquias y 79 iglesias de esos países, además de escuelas con valores y obras de carácter social y asistencial.
San Francisco el Grande de Madrid, un centro de ayuda
La narración empieza en la Basílica de San Francisco el Grande, de Madrid. Su cúpula es excepcional: sólo el Panteón de Roma y San Pedro del Vaticano tienen una cúpula mayor en la Cristiandad. Allí está la comisaría de Tierra Santa en Madrid, que junto con las de Santiago de Compostela y San Sebastián, son los tres comisariados franciscanos en España.
Según la tradición, San Francisco de Asís pasó por Madrid camino de Santiago de Compostela y descansó en una pequeña ermita, que se convertiría en San Francisco el Grande, templo en realidad dedicado a la Virgen de los Ángeles.
El franciscano Pedro González explica allí que una comisaría de Tierra Santa se parece a una embajada. Desde las comisarías franciscanas difunden el amor por Tierra Santa y promueven peregrinaciones. Querrían «que todo cristiano pueda visitar al menos una vez en la vida, la tierra del Señor y María Santísima». También animan a párrocos y clérigos a mantener lazos con la Iglesia en Oriente y en Tierra Santa.
Generosidad durante la pandemia
«La generosidad no ha cesado durante los momentos más duros del confinamiento«, constatan en la comisaría franciscana. «Esa solidaridad ha permitido aliviar las necesidades de las comunidades franciscanas, de las pocas familias cristianas que van quedando, y para mantener vivos los seis proyectos solidarios con los que colaboran».
Recuerdan que «en Tierra Santa, los cristianos son doblemente minoría. Son minoría ante los judíos, porque la mayoría de los cristianos son árabes palestinos, la mayoría de los palestinos son musulmanes, y los cristianos son muy poquitos, unos 175.000. Si hablamos de católicos, habría que todavía dividir por la mitad».
Las comisarías de Tierra Santa han ido difundiendo al mundo la situación de Tierra Santa durante la pandemia. «Las calles de Jerusalén estaban vacías y aquello era impresionante. No nos lo podíamos imaginar. El coronavirus consiguió cerrar las puertas del Santo Sepulcro en marzo de 2020. La última vez que había cerrado de esta manera, fue en 1349, con la Peste Negra«, recuerdan en el reportaje.
«Nuestra misión es morar en los santos lugares, hacer las celebraciones solemnes de las liturgias a lo largo de estos siglos y a través de nuestra presencia, manifestar al mundo que esta tierra bendecida por el Señor, está abierta a todos y cada uno de nosotros, sea de manera espiritual, sea de manera viva», explican.
El trabajo con los cristianos de Tierra Santa
Muchos cristianos de Tierra Santa dependen laboralmente de los peregrinos que llevan los franciscanos. «Nos sirven en todo, en los hoteles, en los restaurantes, como chóferes de autobuses, muchos de ellos como guías incluso, porque nosotros no somos suficiente, es algo que nos desborda. El silencio que podemos escuchar en nuestros santuarios, en nuestra realidad, en estos tiempos de pandemia, es también un silencio que refleja el sufrimiento», constatan en la comisaría.
En Madrid, los franciscanos de San Francisco el Grande atienden varias capellanías cercanas (religiosas, colegios) y a los terciarios que gestionan un hospital, además de ayudar a más de sesenta familias del barrio.
Pero durante un año no han podido organizar ni una sola peregrinación a Tierra Santa.
Ahora animan a los cristianos a ser generosos en la colecta por Tierra Santa, que tradicionalmente se celebra el Viernes Santo y ayuda a los cristianos del país de Jesús.
«En la espera de esos tiempos mejores, en casa, sigamos orando mutuamente. Sigamos estrechando nuestros lazos de afecto, sigamos orando por aquellos que necesitan de nuestras plegarias», exhortan.
Puede verse el reportaje aquí en la web de RTVE