Las estrechas callejuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén tienen estos días un aspecto nocturno distinto: han cambiado su luz tenue y su paz desértica por una viva iluminación de colores y un trasiego de visitantes que las llenan hasta casi la medianoche.
No sólo turistas: implica vecinos y comerciantes
La séptima edición del Festival de la Luz de Jerusalén ha arrancado más internacional que nunca y exhibe el trabajo de artistas de Suiza, Francia, Alemania, Holanda, Turquía, Brasil, Austria y Singapur, además de Israel.
En total, se pueden admirar 30 obras o instalaciones relacionadas con la luz, entre ellas una exposición de lámparas fabricadas por niños musulmanes, cristianos, judíos y armenios de la Ciudad Vieja.
Este año, los organizadores del festival han llevado a cabo "un esfuerzo especial" mayor que en ediciones anteriores para incluir a todos los residentes de la Ciudad Vieja –habitada mayoritariamente por palestinos– e implicar a los comerciantes.
El Festival de la Luz –que este año se realiza en cooperación con la ciudad suiza de Lausana y que por primera vez acoge una convención de directores de festivales similares– ilumina las calles y monumentos de una parte de la Ciudad Vieja entre las 8 de la tarde y las 11 de la noche. El evento dio comienzo antes de ayer por la noche y acabará el 11 de junio.
Renacimiento cultural
"La Ciudad Vieja es aún más bonita de noche que de día, las piedras te hablan", dijo el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, a un grupo de medios de comunicación entre los que estaba Sputnik Nóvosti, en la inauguración del festival. Este evento, según Barkat, "es una muestra del renacimiento cultural que se está produciendo" en Jerusalén.
El alcalde explicó que el año pasado, unas 300.000 personas –israelíes y turistas extranjeros– pasaron por el Festival de la Luz y aseguró que las obras de los artistas pueden verse "en los cuatro barrios de la Ciudad Vieja: musulmán, cristiano, judío y armenio".
El festival se concentra en los barrios judío y armenio y en una pequeña zona del cristiano, por donde pasa una de las rutas del festival, la azul.
En el barrio musulmán solo puede verse una instalación proyectada en la puerta de Damasco y una iluminación especial en la parte exterior de la muralla. "No es por motivos políticos sino porque las calles de este barrio son muy estrechas, hay muchas zonas con toldos y ninguna plaza por lo que colgar objetos o según que tipo de instalaciones es muy difícil", argumentó a Sputnik Nóvosti el director artístico del festival, Eduardo Hübscher.
Muchos palestinos de Jerusalén ven el Festival de la Luz como una muestra de la ocupación israelí, mientras que el alcalde señala que "es para todo el mundo, judíos, cristianos, musulmanes, armenios, que conviven en la ciudad".
Arte al aire libre basado en el vídeo
El festival ofrece esta año una cara más moderna y unas obras más interesantes desde el punto de vista artístico. "Queremos combinar la ruta turística y artística, es muy diferente ver las obras en un museo que en este festival, al aire libre", dijo Hübscher.
El director artístico del evento destacó la instalación de videomapping del artista turco Erdem Dilbaz, proyectada en un edificio histórico y que requiere de unas gafas especiales para apreciar la proyección en tres dimensiones; esta es la primera obra de videomapping que se exhibe en Israel.
También subrayó la importancia de la pieza de vídeo arte del escultor israelí Tzadok Ben David, que se proyecta en la muralla de la Ciudad Vieja y que "es un casamiento entre el cine y la escultura que pone de manifiesto que la luz es un idioma artístico", indicó Hübscher.
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