El centenario de Charles de Foucauld se vivirá de manera muy especial en «su» ciudad de Nazaret

El sábado 31 de octubre, en Nazaret, comenzaron los actos del centenario de la muerte del beato Charles de Foucauld (1 diciembre de 1916), una ocasión para explorar su brillante vida y la espiritualidad conmovedora de un hombre que se entregó a Jesucristo y a los demás.

Fray Marco Cosini, JC, Hermanitos de Jesús Caritas, nos habla sobre la vida de Charles de Foucauld en Nazaret y destaca los diferentes eventos que marcarán el año del centenario.


Marco Cosini.

-Charles de Foucauld vivió en Palestina y en Siria. Amó Oriente Medio. Habló árabe y hebreo, y rezó usando un Evangelio en árabe. Hoy, los cristianos del Medio Oriente están amenazados. En este marco, ¿qué podrían aprender los cristianos de Oriente en la vida de Charles de Foucauld? ¿Cómo podría su vida inspirarles en momentos tan angustiosos como se viven en la actualidad?
-La pregunta es delicada. Nosotros, los cristianos de Oriente Medio, vivimos en un período muy difícil, pero no podemos omitir el hecho de que como inmigrantes y personas religiosas, estamos en una posición privilegiada en comparación con los árabes cristianos de Tierra Santa y los países vecinos.

Charles de Foucauld vivió en un principio en lo que entonces era Siria (en Akbés, el monasterio trapense de Nuestra Señora del Sagrado Corazón). Luego se trasladó a Tierra Santa, a Nazaret. Aquí, como sabemos, profundizó la espiritualidad que guiará su vida humana y espiritual; la espiritualidad de Nazaret. Esta espiritualidad se centra en el misterio de la Encarnación, donde Nuestro Señor se hace hombre y toma nuestra carne en su Hijo, “nuestro amado hermano y Señor Jesús”. De ahí brota su reflexión sobre la vida oculta de Jesús, esos primeros treinta años de su vida donde vivió como cualquier otro ser humano.

La espiritualidad del hermano Charles tiende a reconocer la presencia de Dios en la vida diaria, en cualquier momento y en cualquier lugar, porque Jesús mismo llevó esta vida diaria. Es el misterio de la Encarnación, que se abre en el espacio y en el tiempo a través de la vida de los discípulos de Jesús. Este misterio reside en lo que ofrece nuestra vida diaria, entre otras, las relaciones con quienes nos rodean: judíos, musulmanes, ateos.

Cuando Charles de Foucauld llegó al desierto, le gustaba llamar a su casa “hermandad”, un lugar donde todo el mundo podía sentirse en su casa y donde todo el mundo, ya fuese musulmán, cristiano, judío o ateo, podía considerarse como un hermano, “el hermano universal”. Creo que este es el primer mensaje que los cristianos de esta tierra deben mantener del testimonio del hermano Charles.

El otro mensaje que seguimos es el de su estancia en Siria. En ese momento, el trágico genocidio armenio ya había comenzado. Charles de Foucauld informó con precisión sobre el número de mártires que habían acompañado su estadía en territorio sirio. Él mismo quería ser un mártir. Hoy en día, en Oriente Medio, el martirio es parte de la vida del cristiano. Aunque no podemos tolerar que muera como mártires tan gran número de personas (en parte debido a la indiferencia de las potencias occidentales), tal vez sí podamos sostener el fuerte amor de Charles de Foucauld por su Señor Jesús. Es el camino que nosotros, los cristianos, debemos seguir, a pesar de las dificultades, este camino que nos sitúa frente a la relación que Jesús ha establecido con sus discípulos. Una relación de amor profundo, sin límite, que en su forma no puede excluir la perspectiva de un mártir.


La última fotografía que se conserva de Charles de Foucauld vivo.

-En este año del 50 aniversario de la constitución conciliar Nostra Aetate sobre la relación de la Iglesia con las comunidades no cristianas, ¿cómo nos inspira Charles de Foucauld para vivir mejor con los pueblos de otras religiones, es decir, con los musulmanes, aquí en Tierra Santa?
-Como he mencionado antes, la palabra clave aquí parece ser “la hermandad”. Sus raíces se encuentran no sólo en la fe cristiana, van más allá y alcanzan las dimensiones más profundas del ser humano. Somos hermanos “por nacimiento”, es decir, que de nuestra simple humanidad proviene la necesidad de aceptar al otro, del respeto, de la amistad, de la fraternidad. Vivimos en este mundo como criaturas de Dios, hijos de un mismo Padre marcadas por vínculos de fraternidad como seres humanos.

La reflexión sobre el hombre, en nuestra responsabilidad hacia todos los demás durante el tiempo que vivimos en la tierra, debe acompañar nuestro viaje como un pueblo en medio de los demás, sin omitir las raíces comunes de las grandes religiones en Tierra Santa, y por tanto, los muchos puntos posibles de convergencia. No es fácil desarrollar esta sensibilidad y enfrentarse a los desafíos diarios que van más allá de las teorías. Somos perfectamente conscientes de las dificultades, sobre todo las de nuestros hermanos cristianos en esta tierra, que se reúnen a diario con sus hermanos y hermanas de otras religiones.

A menudo escuchamos el testimonio de las personas que utilizan el lenguaje de la violencia como un idioma para comunicarse con los demás. La amplitud de la hermandad que deseamos vivir debe conjugarse con una búsqueda directa y honesta del “bien” y el “bienestar” de los demás.

-¿De qué manera la comunidad de Jesús Caritas “imita la vida oculta del trabajador humilde y pobre de Nazaret”?
-La comunidad de los Hermanitos de Jesús Caritas es sólo una pequeña gota de agua en el océano de la presencia cristiana en el Medio Oriente. Eso nos inspira a meditar en la pequeñez de nuestro trabajo. No pretendemos cambiar el mundo entero, pero vivimos en la esperanza de alcanzar una vida fiel al Evangelio. Ese es nuestro objetivo; queremos practicar, día tras día, las enseñanzas del Evangelio. Lo hacemos a través de una vida de gran sencillez: la comunión fraterna, la oración, el trabajo, en resumen, fieles a todos los componentes que han caracterizado la vida oculta de Jesús en Nazaret.

Más que en nuestro ámbito de trabajo, nuestra presencia aquí tiene su significado en los detalles de la vida diaria, en el intercambio amistoso entre hermanos y hermanas, que el Señor nos concede vivir cada día. Damos una atención especial a los pobres que llaman a nuestra puerta, a los peregrinos que solicitan respuestas o desean encontrarse con Dios, o con los pobres con los que hemos decidido compartir nuestra vida, de una manera particular. Vivimos en la casa donde vivió Charles de Foucauld. Desde hace varios años, trabajamos en conjunto con el Instituto de Protección de la Educación de Sefforis, dedicado a los niños, principalmente con problemas de familia. Trabajamos también en el Hospital de la Sagrada Familia de Nazaret. No hacemos eso en un espíritu de especialista, sino como hermanos jóvenes que buscan compartir una experiencia entre las personas con necesidades.

-¿Cómo mantiene Nazaret el rastro y la memoria de Charles de Foucauld? ¿Qué representa Charles de Foucauld para los cristianos y los musulmanes de Nazaret?

-El evento del primer centenario de la muerte del hermano Charles nos llama a reflexionar sobre este tema. Hemos recopilado muchos testimonios de respeto, admiración y devoción hacia esta persona única. Podemos decir que para los cristianos de Nazaret, Charles de Foucauld es un conciudadano de quien están orgullosos. Sin embargo, hemos notado una memoria debilitada de Charles de Foucauld entre las generaciones más jóvenes. Pocos jóvenes cristianos saben acerca de su vida, muchos ni siquiera saben dónde vivió. Por eso  hemos sentido la necesidad urgente que la voz del beato Charles de Foucauld sea escuchada, a través de su “vida en Nazaret”, aprovechando el centenario.

Entre los musulmanes muy pocos saben de esta figura. Sin embargo, gracias a la presencia de la Fraternidad Hermanitas de Jesús se establecieron lazos de amistad con los musulmanes, a lo largo de los años. Una amistad y hermandad que no conoce obstáculos y que se extiende a través de gestos cotidianos simples; es el mensaje de Charles de Fouauld, también para las personas que pertenecen a otras denominaciones.

-¿Qué eventos que marcarán este año el centenario de la muerte de Charles de Foucauld?
-El año del centenario de la muerte de Charles de Foucauld será testigo de muchos actos destinados a compartir su mensaje con el mayor número de personas posible. Pensamos de comenzar este año con una noche de música y oración, mientras se escuchan las reflexiones de Charles de Foucauld durante su retiro en Nazaret entre el 5 y 15 de noviembre de 1897. La fecha de apertura del año fue el 31 de octubre, muy próximo de la conversión de Charles de Foucauld, que ocurrió en octubre de 1886.

Buscamos dedicar una atención especial a los jóvenes. Hemos invitado a las escuelas cristianas para venir y visitar la casa del hermano Charles y hemos organizado actividades especiales para ellos. Esta iniciativa comenzará en las próximas semanas.

Estamos trabajando también en un proyecto musical en árabe sobre la vida del beato. Esta iniciativa es difícil de poner en marcha y estamos trabajando en ello desde hace mucho tiempo, con la ayuda de algunos amigos de Nazaret.

En marzo habrá una concentración a la que están invitados todos los habitantes de Nazaret, próxima a la fecha que conmemora la llegada del beato en Nazaret, el 5 de marzo de 1897. Queremos reunir a los cristianos y otras personas de otras religiones y responder, de esta manera, el mensaje de Charles de Foucauld.

Dos iniciativas se centran en la oración: 24 horas de adoración por la paz, día de la fiesta del hermano Charles, el 1 de diciembre de 2015 y una misa de conclusión en su memoria que será celebrada en Nazaret, el 1 de diciembre de 2016.

Todos están invitados a participar en estos eventos. Confiamos en las oraciones de todos ante los diferentes eventos que tendrán lugar este año. Imploro la bendición de nuestro Señor, en particular a los habitantes de esta tierra.

Información recogida por Calixte Des Lauriers.

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