El árbol de Navidad en Belén no es tan bonito ni tan grande como otros, pero «significa mucho más»

Bajo el lema Esta Navidad solo quiero justicia, miles de palestinos abarrotaron el sábado 3 de diciembre la plaza del Pesebre en Belén para inaugurar oficialmente la Navidad junto al lugar en el que nació Jesucristo.

El primer ministro palestino, Rami Hamdala, encendió el enorme abeto de luces que presidirá la entrada a la basílica de la Natividad hasta el próximo 7 de enero. El árbol, decorado con miles de luces y bolas con los colores de la bandera de Palestina, fue bendecido por los representantes en Tierra Santa del Vaticano y de las distintas iglesias ortodoxas.

"Disfrutar del inicio de la Navidad en Belén es increíble. Como cristiana, siento una vibración especial en este ambiente, tan cerca de donde Jesús nació", explicó a Efe Don Smith, un peregrino llegado de Arkansas (Estados Unidos).

Similares sentimientos expresó Sally, una empresaria palestina que apura estos días para iniciar un nuevo negocio de recuerdos, pese al parón que ha sufrido el sector a causa de ofensiva israelí contra Gaza el pasado verano y la oleada de violencia que en los últimos meses ha sacudido Israel. "Los palestinos estamos acostumbrados a sufrir. Pero también somos un pueblo que sabemos luchar contra la adversidad. Yo sobre todo confío en el Señor, que nació aquí, y que nos enseña que no hay que bajar los brazos. Es Navidad, un periodo muy especial, en particular para nosotros los cristianos. Este árbol no será tan bonito ni grande como otros que se ponen en Estados Unidos o Europa, pero significa mucho más. Aquí nació Jesús", recalcó Sally.

Tras las palabras del primer ministro palestino exhortando a la unidad de todos los palestinos, cristianos y musulmanes, se cantaron varios villancicos interpretados por Luna, una de las artistas de moda en Palestina, el coro de Belén y un grupo de rock, acompañado de los gaiteros de la asociación scout de Belén.

Plagada de peregrinos, algunos llegados incluso de China, las canciones navideñas, los disfraces de Santa Claus y los recuerdos de Adviento dominaban la pequeña ciudad de Belén. Acabada la ceremonia, muchos de ellos se acercaron al gran pesebre que domina la plaza y se subieron a la plataforma del árbol para fotografiarse y esconder también, de forma furtiva, la carta a los Reyes Magos.

"Aquí llega antes, porque los reyes vienen a buscarlas", explicaban Celia y Vega, dos niñas españolas de visita con sus padres en la ciudad del nacimiento de Jesús, en la que hoy arrancó la Navidad.

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