Ein Karem, el lugar de la Visitación: un santuario especial para la devoción mariana 

En Ain Karem se celebra la Visitación con esta escultura y el Magníficat, en azulejos de muchos idiomas
En Ain Karem se celebra la Visitación con esta escultura y el Magníficat, en azulejos de muchos idiomas

En unas colinas de los Montes de Judea, no muy lejos de Jerusalén, está el lugar que los cristianos de época bizantina identificaron como la casa de Zacarías e Isabel, el lugar donde la joven María, embarazada, acudió a ayudar a su pariente Isabel. Es Ain Karem (o Ein Karem), el lugar del encuentro de las dos embarazadas… y los dos bebés. También es el lugar donde el Espíritu Santo inspira a María el cántico del Magníficat.

En la fiesta de la Visitación, recientemente celebrada, llegan allí fieles de toda Tierra Santa y ahora también peregrinos de muchos países.

Altar de la basílica de la Visitación en Ein Karem - foto de P.J.Ginés
Altar de la basílica de la Visitación en Ein Karem – foto de P.J.Ginés

La fuerza de las Bienaventuranzas en la fuente de la Virgen

Francesco Piazzolla, un profesor franciscano del Studium Biblicum Franciscanum, explica al Christian Media Center la significación del lugar y sus pasajes bíblicos.

«El Evangelio de Lucas solo nos dice que María, después del anuncio del ángel, se trasladó a una localidad que estaba en los montes de Judea, y nosotros estamos aquí en los montes de Judea. Estamos en Sitti-mariam, es decir, la fuente de la Virgen, donde según la tradición tuvo lugar el encuentro entre María e Isabel. Un encuentro en el que las dos mujeres cantan inspiradas por el Espíritu Santo, de manera profética, la obra de Dios en sus vidas. María es proclamada bienaventurada porque creyó. Ella tiene el primado de la fe, como Cristo tiene el primado del amor«, destaca el biblista.

«En este santuario, el arquitecto italiano Barluzzi quiso plasmar los momentos de la historia en los que se cantaba el Gloria de María: «Todas las generaciones me llamarán bienaventurada». Estamos en el Santuario del Magnificat, donde Barluzzi cantó las Glorias de María a lo largo de la historia. Toda la vida de María está dedicada tanto a cantar como a celebrar la Gloria de Dios, y María también motiva este canto», añade el biblista.

«Dios miró la humildad de su sierva, la tapeinosis, podríamos traducirlo como ‘insignificancia’, es decir, que a los ojos de los hombres parece poco importante pero es grande a los ojos de Dios, porque Él construye su historia, la nuestra sobre lo que a los ojos de los hombres no parece ser importante».

María menciona la misericordia en el Magníficat y dice: “Su misericordia se extiende de generación en generación a los que le temen” y luego recuerda, recordando Su misericordia. «Este rajamim de Dios, este amor visceral de Dios, no es algo que se celebra en el canto como una especie de espera, sino algo que se canta como ya presente. En los salmos vemos a menudo que el hombre de oración pide a Dios que se acuerde de su misericordia. María en cambio dice que Dios ya se ha acordado de su misericordia, esta misericordia es activa, presente en la historia», detalla el biblista.

Festividad de la Visitación en Ain Karem

Muchos franciscanos, fieles y peregrinos, acudieron en la fiesta de la Visitación a Ain Karem a la misa presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton. «Isabel necesita cercanía, pero también María necesita poder hablar con alguien que entienda lo que está pasando», predicó el Custodio.

Además, varios frailes recibieron el ministerio del lectorado y acolitado. El Custodio les pidió tener la actitud de María, de «salir a compartir lo que Dios nos ha dado». La ceremonia finalizó con el canto solemne del Magníficat en latín.

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