La noche del cinco al seis de febrero de 2023 un fortísimo terremoto de 7,7 en la escala de Richter hizo temblar la tierra en la frontera de Turquía y Siria. Desde entonces, 35.000 personas han fallecido y otras miles lo han perdido absolutamente todo.
«No ha sido fácil decir algo a la asamblea reunida para la misa. Meditamos en cómo nuestra respuesta cristiana a este acontecimiento solo puede ser actuar, ser las manos de Dios aquí y ahora, ofrecer misericordia, dar consuelo a los afligidos. Nuestra respuesta es una respuesta existencial que ya estamos experimentando», dijo este domingo 12 de febrero el párroco latino de Alepo en su homilía.
La Custodia de Tierra Santa, que está presente en Siria, uno de los dos países afectados, ha puesto en marcha una campaña de ayuda a las víctimas del seísmo (puedes colaborar entrando en esta página). Los franciscanos se proponen ofrecer una comida caliente, un refugio contra el frío y una comunidad para recuperar la esperanza.
Ayuda también espiritual
«Abrimos la iglesia para recibir a la gente y darles de comer. En Siria, los frailes de la Custodia de Tierra Santa están presentes con varios conventos. Además de Damasco y Alepo, también en Lattakiah, y en los pueblos de Yakoubieh, donde se registraron los daños más graves«, comenta a Christian Media Center el párroco latino de Alepo, Bahjat Karakach.
Por su parte, el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, recuerda que la tarea de los frailes no es solo material sino también humana y espiritual. «Están tratando de hacer lo que pueden para levantar la moral de la gente. A veces ellos mismos se sienten impotentes, pero es la fuerza de la fe y el deseo de entrega, que forma parte de nuestra vida, lo que los sostiene y, a través de ellos, a las personas», señala.
La parroquia latina de Alepo sufrió algunos daños, el campanario de la iglesia perdió algunas partes pero los franciscanos inmediatamente tomaron medidas para ofrecer solidaridad a los que huían bajo la lluvia y el frío, algunos todavía en pijama.
El comedor parroquial, que ya servía unas 1.200 comidas diarias a los más pobres, ahora sirve unas 4.000. Una realidad gestionada gracias al apoyo de la Asociación Pro Terra Sancta, que hace posibles muchas realidades de la Custodia, y que ha lanzado una recaudación de fondos de emergencia (Puedes colaborar entrando aquí).
La comunidad de Alepo recibió la visita del cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, quien quiso expresar la cercanía del Papa: «Será una prueba de humanidad y seremos juzgados de cara a la historia, dijo Zenari, invitando a la comunidad internacional a «ir más allá de los intereses políticos«.
En Alepo, el hospital católico St. Louis, acoge a muchos heridos. Sor Arcangela lleva en Siria más de 50 años. Y describe una situación cada vez más grave: «Desgraciadamente hay muchos muertos y heridos y muchos refugiados. Estamos aquí como presencia para poder aliviar el sufrimiento, para poder animar, para dar esperanza a quien la está perdiendo por la situación que estamos viviendo», expresa la religiosa.