P.J.G. / Fundación Tierra Santa
El siglo III la fe cristiana se extendía con rapidez por las grandes ciudades de la costa mediterránea. Fue un siglo duro para los cristianos, con 4 grandes campañas de persecución: bajo Septimio Severo (del 202 al 210), la de Maximino (en el 235), la dura e insistente persecución de Decio (249-251) y la de Valeriano (256 a 259). Pero los últimos 40 años del siglo los cristianos gozaron de más tranquilidad y su fe llegó a nuevos lugares.
En algún momento de este siglo un barco se hundió ante el magnífico puerto de Cesarea Marítima, en la costa de lo que hoy es Israel. Y en él estaba una persona que llevaba -quizá en una caja– un anillo de oro con una piedra preciosa que lleva tallada la imagen del Buen Pastor, casi con toda seguridad una imagen de simbolismo cristiano. ¿Era un hombre rico que era cristiano? ¿Quizá un obispo? ¿O una mujer?
Obispos detenidos y torturados en Cesarea en el año 250
La imaginación permite varias posibilidades. En el 250, durante la persecución de Decio, el anciano obispo San Alejandro de Jerusalén y otros obispos de la región fueron detenidos y llevados a Cesarea, donde fueron torturados y ejecutados.
¿Quizá los perseguidores robaron el anillo a uno de estos obispos mártires? ¿Quizá un obispo lo dio a un cristiano fugado para que lo guardara?
En esas mismas cárceles fue torturado durante dos años el prolífico escritor Orígenes, pero sobrevivió. En junio de 251 el emperador Decio moría luchando contra los godos en la batalla de Abrito y Orígenes y otros supervivientes eran liberados. Orígenes murió uno o dos años después, como consecuencia de las torturas.
Por otra parte, Helena Sokolov, responsable de conservación de piezas de la AIA, cree que puesto que es un anillo de tamaño pequeño pudo pertenecer a una mujer. Detalla que es muy poco frecuente encontrar al Buen Pastor en un anillo.
Arqueología submarina
Ahora un equipo de arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel ha buceado y excavado dos barcos hundidos ante el puerto de Cesarea, uno junto a otro. Uno era el de la época romana, del s.III. Otro, de época mameluca (s.XIV).
«Los barcos probablemente estaban anclados cerca y fueron destruidos por una tormenta. Es posible que hayan estado anclados en alta mar después de tener dificultades o por temor a una tempestad, porque los marineros saben bien que amarrar en aguas poco profundas y abiertas fuera de un puerto es peligroso y propenso a desastres», declararon Jacob Sharvit y Dror Planer, de la Unidad de Arqueología Marina de la IAA.
El anillo es una pieza impresionante: de oro grueso, con una piedra preciosa verde engastada que representa a un joven pastor vestido con una túnica y que porta un carnero o una oveja sobre sus hombros. Los arqueólogos están convencidos de que la imagen es el símbolo del «Buen Pastor», una representación temprana de Jesús en el cristianismo, común en el arte paleocristiano.
Los cascos de los dos navíos y sus cargas fueron descubiertos esparcidos a solo cuatro metros bajo el agua, y los objetos localizados incluían «cientos de monedas romanas de plata y bronce de mediados del siglo III d.C. y un gran tesoro de monedas de plata del período mameluco», han explicado los arqueólogos.
También hallaron una estatuilla de bronce en forma de águila, numerosas campanas de bronce, vasijas de cerámica y una gran ancla de hierro. Asimismo se encontró una piedra preciosa roja que posiblemente formó parte de otro anillo. La piedra lleva tallada la imagen de una lira, el instrumento de cuerda símbolo de poetas y rapsodas grecorromanos.
Robert Kool, jefe del departamento de monedas del país, dijo que el anillo es una pieza “excepcional” y que posiblemente el conjunto hallado provenga de “un barco romano originario de Italia” debido al “estilo” de algunos de los artículos encontrados.
Eli Eskozido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, ha pedido a los que practiquen el buceo en la costa israelí que sean conscientes y responsables ante la posibilidad, no difícil, de encontrar antigüedades.
«Apelamos a los buceadores: si se encuentran con un objeto antiguo, tomen nota de su ubicación bajo el agua, déjenlo en el mar e informen inmediatamente. El descubrimiento y la documentación de artefactos en su emplazamiento original tiene una enorme importancia arqueológica y, a veces, incluso un pequeño hallazgo puede conducir a un gran descubrimiento», avisa el arqueólogo.