Este martes, durante la sesión informativa sobre los trabajos sinodales, el prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión para la Información del Sínodo, Paolo Ruffini, anunció la recaudación de 62.000 euros que serán destinados a paliar las apremiantes necesidades del párroco de la Sagrada Familia en Gaza, repleta de refugiados, discapacitados y niños.
La suma proviene del resultado de la colecta de la que dio cuenta el cardenal limosnero Konrad Krajewski, prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad: de los 62.000 euros, 32.000 fueron donados por los participantes en el Sínodo de la Sinodalidad y otros 30.000 fueron ofrecidos por el mencionado dicasterio.
El total de 62.000 euros, señaló el cardenal, fue entregado a través de la Nunciatura Apostólica en Jerusalén y ya está a disposición del párroco de la Sagrada Familia de Gaza, el padre Gabriel Romanelli. Según Ruffini, los participantes en el Sínodo acogieron con un aplauso coral el vídeo de agradecimiento proyectado en la sala de prensa y enviado por el sacerdote junto con algunos niños y feligreses.
«Queremos daros las gracias, al Papa y a los padres sinodales, por todo lo que están haciendo y por la ayuda que han enviado», afirmó el párroco de la Sagrada Familia.
500 refugiados y discapacitados y 185 alumnos en la parroquia
El sacerdote recibe las donaciones con agradecimiento, ante una situación que define como «caótica».
El pasado 7 de octubre, al cumplirse un año del conflicto, remarcó la crisis general que se vive en Gaza, donde «las alcantarillas no funcionan, la electricidad ha desaparecido desde el comienzo de la guerra, el agua potable es casi imposible de encontrar, las carreteras ya no son accesibles y los bombardeos continúan».
Tratándose de su parroquia, las necesidades también son crecientes: actualmente acoge en torno al medio millar de refugiados tras sus muros, de los cuales cerca de 70 sufren alguna discapacidad. Su sustento no es la única labor de Romanelli, que se ha decidido a mantener la educación de los jóvenes para que no pierdan el curso escolar vigente en la misma parroquia, según relató a Asia News, enseñando las materias de árabe, inglés, matemáticas, ciencias y religión.
«Las clases – añade – son por la mañana; incluso hemos habilitado aulas improvisadas en el pequeño convento de las religiosas del Verbo Encarnado, y hasta la cocina se utiliza a veces para dar clases, así como la misma iglesia. En el jardín hemos instalado tres cabañas con un techo improvisado de plástico… en total hay cerca de 185 niños que hoy pueden asistir y continuar sus estudios«, detalló el párroco.