El padre Francis Patton, Custodio de Tierra Santa y superior de los franciscanos en estos países de Oriente, detecta señales esperanzadoras en el retorno de los peregrinos y la perseverancia de muchos cristianos del lugar, pero ante los retos enormes que afrontan sigue pidiendo generosidad a los católicos de todo el mundo, especialmente en la colecta de Viernes Santo.
Peregrinos de EEUU, Polonia, Italia y España
Un signo positivo es el retorno de los peregrinos tras la pandemia y sus confinamientos. «Están más o menos en los mismos números que en 2018, así que no es el momento de mayor afluencia antes de la pandemia, que fue en 2019, pero sin embargo hay un buen número de peregrinos. Ahora mismo la mayoría vienen de Estados Unidos, luego como segundo país está Polonia, como tercer país Italia y luego España y Brasil», detalla, entrevistado por VaticanNews.
Patton anima «a venir como peregrinos a Tierra Santa para reavivar la fe y también para reavivar el vínculo con los cristianos de Tierra Santa y con la Iglesia Madre de Jerusalén. El otro llamamiento es que nos apoyen también económicamente, porque ahora mismo se están llevando a cabo también grandes obras, pienso en la restauración de la Basílica del Santo Sepulcro, que está todavía en curso, y también en la restauración de muchos santuarios que necesitan continuamente mantenimiento y trabajo, para que podamos facilitar también la venida de peregrinos y la experiencia de fe de los peregrinos».
Esfuerzo económico
Tras la pandemia, explica el Custodio franciscano, «estábamos prácticamente sin recursos económicos. Ahora, gracias a Dios, también es posible volver a hacer ese gesto de solidaridad universal que es la colecta Pro Terra Sancta, la colecta del Viernes Santo, que es una forma de compartir de los cristianos de todo el mundo con los cristianos de Tierra Santa».
La colecta ayuda a atender los Santos Lugares, a los peregrinos y también a los cristianos de Tierra Santa. Se usa en actividades pastorales, sociales y educativas, «ya que hay muchas escuelas que juegan un papel muy importante, y luego también actividades de asistencia social».
Patton recuerda que la Custodia franciscana «no sólo está arraigada en Israel y Palestina, sino también en territorios que llevan años sufriendo la guerra, como Siria, y recientemente también sufriendo el terremoto». La colecta les ayuda a todos ellos.
Vocación de ser cristiano en Tierra Santa
Para Patton, hoy, ser cristiano en Tierra Santa no es algo que se viva «porque sí» ni tampoco un heroísmo patriótico, sino una vocación, algo que Dios va pidiendo a los fieles.
«Más allá de que algunos sigan teniendo la tentación de abandonar Tierra Santa, seguramente una parte de nuestros cristianos tiene muy claro que son descendientes de las primeras comunidades cristianas y que, por tanto, son los testigos de una fe que aquí, en Jerusalén, se ha transmitido ininterrumpidamente durante 2000 años», señala.
«Diría que la responsabilidad debe entenderse como una vocación, no es algo de puro esfuerzo humano, sino que es una llamada de Dios: la de ser cristianos de Tierra Santa. Y es una misión que encuentra sus raíces en el Evangelio, donde Jesús mismo no habla a la Iglesia como a las grandes multitudes, cuando dice: no teman, pequeño rebaño, porque el Padre cuida de nosotros», añade.
«Cuando nos encontramos en un contexto minoritario, y no somos minoría sólo en Jerusalén, somos minoría en muchos otros países del mundo, debemos encontrar fuerza, no en algún tipo de sentimiento heroico, sino en las palabras de Jesús en el Evangelio, en la relación con Él que se llama fe», detalla el superior franciscano.
Celebraciones de Semana Santa
Este año la Pascua latina incluye la alegría tras las restricciones de pandemia y está muy cerca de las otras fiestas religiosas del país.
«Cae a poca distancia de la Pascua para los [cristianos] orientales, que será una semana más tarde, cae prácticamente al mismo tiempo que la Pascua judía, que comienza mañana, y cae también al mismo tiempo que el Ramadán, de ahí el tiempo de ayuno musulmán. Por consiguiente, cae en un momento en que muchos desean poder rezar y celebrar en Jerusalén, todos los que se refieren al judaísmo, al islam y al cristianismo», señala.
Por desgracia, también coincide con un contexto de tensión política desde hace semanas, «con manifestaciones callejeras todos los fines de semana, reivindicando pacífica y democráticamente la necesidad de no alterar la estructura del Estado y de no someter al Tribunal Supremo al gobierno».
Con todo, «lo que nosotros como cristianos percibimos es el gran deseo de poder celebrar la resurrección del Señor, al igual que para los orientales una semana después de nosotros, el deseo de poder ver ese fuego propagándose desde la tumba vacía», proclama.
Lo que se hace con la Colecta de Viernes Santo
En su informe para el año 2022, el Dicasterio para las Iglesias Orientales especifica que la Colecta para Tierra Santa de cada Viernes Santo es el mayor apoyo para los cristianos de estos países. «Por regla general la Custodia de Tierra Santa recibe el 65% de la colecta, mientras que el 35% restante va al Dicasterio para las Iglesias Orientales, que lo utiliza para la formación de los candidatos al sacerdocio, el sustento del clero, las actividades educativas, la formación cultural», además del apoyo a las diócesis latinas u orientales, todas pobres y frágiles.
El año pasado la colecta recaudó 9 millones de dólares, que se destinaron así:
– formación de seminaristas y sacerdotes (4 millones),
– escuelas del Patriarcado latino, la Custodia franciscana y otras escuelas (unos 3 millones);
– apoyo a los gastos de las diócesis (casi 2 millones).
La Custodia, en espera de la llegada de más peregrinos, realizó obras en Betania (en el santuario de Marta, María y Lázaro), en Belén, Cafarnaún, Emaús y Jericó (en el lugar del bautismo de Jesús en el río Jordán), en Jerusalén, Ammán, Caná, Jaffa, Nazaret, en Rodas y en 30 obras de la Asociación Pro Terra Sancta en Siria y Líbano.
Se puede colaborar en la Colecta por Tierra Santa aquí, en la web de la Custodia.