Un nuevo encuentro vocacional ha tenido lugar a lo largo de los últimos días en el Seminario Patriarcal Latino de Beit Jala (Belén, Palestina). Bajo el título «¿A dónde vas?», la jornada se desarrolló con el objetivo de ayudar y animar a los jóvenes que están considerando ser sacerdotes y buscan ingresar al seminario en un futuro cercano, así como a otros que aún sin estar llamados al sacerdocio, desean cumplir la voluntad de Dios.
El encuentro fue presidido por el padre Khaled Qamouh, responsable de vocaciones de la diócesis, acompañado de varios sacerdotes y seminaristas y 65 jóvenes provenientes de diferentes parroquias de Palestina.
Tras la sesión de bienvenida, los participantes asistieron a un recorrido de aprendizaje de los personajes bíblicos que vivieron la experiencia de la vocación.
Después tuvo lugar una Misa presidida por Mons. William Shomali, Vicario General del Patriarcado Latino de Jerusalén.
En su homilía, Shomali destacó la llamada de Dios en el día a día o ofreció algunos consejos sobre cómo responder a la misma. También profundizó en la necesidad de vivir la alegría que nace de la invitación de Dios para que participemos en su obra redentora.
La jornada del seminario de Belén concluyó con una experiencia sacerdotal presentada por el padre Nadim Giacaman, que incidió en la necesidad de la oración y el discernimiento para descubrir la llamada de Dios. La diversión y alegría marcaron el final del evento, de manos de los sacerdotes y seminaristas presentes en el encuentro..
«Ciertamente, no todos están llamados a ser sacerdotes, pero nuestro objetivo es ayudar a estos jóvenes a elegir su vocación en la vida, aunque no sea el sacerdocio, y comprender qué destino les ha preparado Dios», declaró Qamouh a Christian Media Center.
La respuesta está «en la vida diaria»
El rector del Seminario de Belén, Bernard Poggi, expresó al mismo medio la confusión que muchas personas pueden sentir al creer que escuchan la voz de Dios sobre su vocación en situaciones no cotidianas.
La voz de Dios, sin embargo, «se puede escuchar en nuestra vida diaria, o en nuestras relaciones con las personas que nos rodean. Cuando una persona se relaciona con Dios y experimenta una felicidad que no encuentra en otra parte, entonces sabemos que [esa persona] es llamada».
«El clima de alegría y paz entre los jóvenes participantes de hoy demuestra que este encuentro ha tenido un impacto en ellos: les ha hecho vivir en la sencillez, aunque están en un seminario. Pero es precisamente este seminario el que les ha hecho percibir la presencia de Dios«, añadió.
Elías Abu Al-Zalof fue uno de los participantes en la jornada que descubrió durante la misma que unirse a la vida de la Iglesia «era lo mejor» para él. «Comunicar la vida cristiana a la gente te dará una alegría interior que llenará el vacío de tu vida», expresa.
Los jóvenes o las redes sociales, retos de las vocaciones
El rector del Seminario convocante de la jornada en Beit Jala, Bernard Poggi, remarcó la importancia de la vida activa y cercana a los jóvenes en un sacerdote. Gracias a ello, dijo, «estos encuentran en él un buen ejemplo y quieren seguirlo. Estar cerca de la gente es un desafío para nosotros los sacerdotes en nuestras parroquias».
Entre otros desafíos, Bernard Poggi destacó cómo los medios de comunicación hacen que el hombre esté conectado con el mundo pero al mismo tiempo separado de Dios, siendo así difícil para las familias animar o potenciar las vocaciones de sus hijos.
Con motivo, el rector de seminario relató a Christian Media Center algunos detalles de su vocación: «Soy hijo único y mi madre no se tomó bien mi decisión de ingresar al seminario. No fue fácil para ella, pero también me dijo: `Si crees que esto es lo que Dios quiere de ti, no seas tacaño, sé generoso con Él, ¡nadie puede ser más generoso que Dios´».
El responsable de vocaciones de la diócesis del Patriarcado Latino concluyó su intervención anunciando que el contacto con los jóvenes seguirá presente en su hoja de ruta: «Nos mantenemos en contacto con los jóvenes, tanto si siento la llamada como para ayudar a descubrir su vocación en la vida. Organizaremos más reuniones, misas o ejercicios espirituales, para que estas actividades produzcan nuevas vocaciones dentro de unos dos años».