Los niños cristianos de Tierra Santa, también los que viven en territorio palestino, se unieron este año también a la iniciativa de Ayuda a la Iglesia Necesitada, “Un millón de niños rezan el Rosario”.
De este modo, los alumnos de los colegios dependientes del Patriarcado Latino de Jerusalén rezaron el Rosario por la unidad, la paz y el final de la pandemia.
También en la escuela del Patriarcado en Ramala, ciudad que actúa de facto como capital palestina y que alberga la sede de la Autoridad Nacional Palestina. Los estudiantes de 5º a 7º se reunieron con los catequistas, las monjas y el Padre Remon, y recitaron el Rosario.
Los estudiantes tuvieron la oportunidad de aprender más sobre el Rosario y las razones por las que se reza. Y también pudieron conocer los distintos Misterios.
El primer misterio gozoso, la «Anunciación», es aquel en el que recordamos cómo María concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo. Los estudiantes oraron en este Misterio para fortalecer su fe en Dios y confiar en Él como María.
El segundo misterio gozoso, la «Visitación», es el momento en el que la Virgen María, después de saber que esperaba a Jesús, fue a visitar a su prima Isabel que la acogió con gran alegría. Los estudiantes lo ofrecieron por los misioneros, quienes llevan las buenas nuevas de la Salvación a otros para que puedan tener fuerza y gozo.
La «Natividad» es el tercer Misterio. Tras la invitación a meditar sobre el nacimiento de Jesús en Belén los estudiantes oraron por las familias pobres y por todos los niños que no pueden ir a la escuela o no tienen un hogar, para que Dios les dé paz y salud.
El cuarto misterio, la «Presentación», es aquel en el que María y José llevaron a Jesús al Templo de Jerusalén, para presentarlo, es decir, ofrecerlo al Señor. Los estudiantes lo ofrecieron por los enfermos y los que están solos, pidiendo a Dios que los ayude a cargar su cruz.
Por último, el quinto misterio es el que medita sobre la pérdida y el hallazgo de Jesús en el templo. Los alumnos oraron por quienes han perdido a sus familiares y amigos por el coronavirus u otras enfermedades o en guerras, pidiendo que Dios pueda consolarlos y dar vida eterna a los que ya no están con nosotros. Finalmente, después de que los alumnos cantaron algunos himnos marianos, el Padre Remon les dio la bendición.