Arqueólogos israelíes han encontrado, en el suelo de una iglesia de la antigua ciudad de Hipos (en la orilla oriental del Mar de Tiberíades), un mosaico que con toda probabilidad representa el milagro de los panes y los peces. La denominada «iglesia quemada» era uno de los siete templos cristianos de Hipos durante el periodo bizantino, y fue arrasada durante la conquista del lugar por los persas sasánidas. Posteriormente, en el año 749, la ciudad quedó destruida por un fuerte terremoto que sacudió Tierra Santa. Según informa Haaretz, los restos de la «iglesia quemada» fueron descubiertos el pasado mes de julio, y datados en el siglo V según las cerámicas y otros objetos encontrados en el lugar.
Hipos se encontraba en la orilla opuesta que Tabgha, donde en los restos de dos iglesias también existen representaciones artísticas de la multiplicación de los panes y los peces. Fue en Tabgha donde tradicionalmente se ha situado el milagro y por eso allí se construyó en 1982 la iglesia de la Multiplicación.
Hipos llegó a tener en torno a 4000 habitantes y se convirtió «en la ciudad cristiana más importante de Galilea», declaró a Efe Michael Eisenberg, arqueólogo de la Universidad de Haifa y director de excavación del yacimiento, situado muy cerca del territorio sirio de los Altos del Golán, ocupado por Israel. Los habitantes de Hipos tenían el griego como lengua franca y formaban parte de un arzobispado del que hay referencias desde el año 359, un elemento que demuestra que en la ciudad imperó el culto cristiano desde tiempos tempranos, y también acogió una pequeña comunidad judía.
El mosaico hallado se encontraba tapado por la caída del techo del edificio y por las cenizas del incendio que lo destruyó. Fue hallado en buen estado de conservación, con colores aún vivos y desvelando «bonitas y sencillas decoraciones», entre ellas canastas de pan y pescado que, «junto con la ubicación de la iglesia, con vistas al Mar de Galilea», conectan la obra de arte y las creencias de los feligreses locales con el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, que el Nuevo Testamento atribuye a Jesucristo y que, remarca Eisenberg, ocurrió en dos ocasiones. Eisenberg precisa además que hay representados «cinco panes, no tres ni seis«, subrayando la concordancia con el relato evangélico que evidentemente los artistas tenían en mente.
«La comunidad local era conocedora del milagro de los panes y los peces, y tal vez conocía su ubicación aproximada», agrega el experto, que considera que los creadores del mosaico «quisieron crear la conexión con un milagro que no sucedió lejos» del lugar. Sin embargo, los artistas, tal vez procedentes de Egipto, representaron en el mosaico una especie de pez que se ve en el Nilo, en vez de la tilapia o pez de San Pedro, que es el característico del Mar de Galilea.
Fascinado por el hallazgo, Eisenberg comenta a Haaretz que a la responsable del trabajo sobre la iglesia, Jessica Rentz, le ha sonreído la suerte: «Descubrir un iglesia bizantina con su colorido mosaico de ‘alfombra’ en su primera temporada al frente de un área de excavación es asombroso. ¡Y encontrar un mosaico que puede estar asociado directamente con un milagro atribuido a Jesús en su primera temporada es un milagro en sí mismo!»