Con una Semana Santa marcada por la violencia en los santos lugares y un delicado statu quo para la Iglesia, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, ha remarcado este 13 de abril desde El Debate la importancia de España para la Iglesia en Tierra Santa, que confía en que puede jugar un «papel de enlace» con el mundo hispánico de cara a consolidar los «derechos» de la Iglesia.
«No queremos protección para los Santos Lugares, puede ser entendida como una situación donde no tenemos derechos. Queremos vivir bajo un marco jurídico y legal de garantías y derechos, no solo protección. No queremos que alguien nos dé una concesión», subrayó.
En este sentido, Pizzaballa remarcó la importancia histórica del vínculo entre España, los Santos Lugares y Tierra Santa. Aunque en su opinión todavía «es muy importante», admite que «esperaba más de España desde el punto de vista católico«.
¿Tiene España algún rol que jugar actualmente en Tierra Santa? El patriarca latino observa que aunque Jerusalén es «un lugar donde el mundo está presente», la relación con el mundo hispánico es «algo que falta» y en lo que España puede ayudar.
«Creo que España podría tener este papel de enlace entre el mundo hispánico, una de las lenguas más habladas, con Tierra Santa y con Jerusalén desde el punto de vista católico y espiritual, de formación. Desde el punto de vista bíblico queda mucho por hacer», afirmó.
Toda ayuda es poca para reforzar el «frágil» statu quo de la Iglesia en Tierra Santa, donde cristianos, judíos y musulmanes comparten algunos de los Santos Lugares así como «diferentes narrativas» sobre los mismos.
Lo importante, dijo, «no es necesariamente encontrar un punto en común», sino «respetar al otro, encontrar la manera. El statu quo es eso, el equilibrio en los derechos de las diferentes comunidades que viven relacionándose más o menos bien». Algo semejante ocurre entre las denominaciones cristianas y la Iglesia, donde expresa que el statu quo «puede ser mejor» pero «es lo que tenemos».
«Es el resultado del acuerdo entre personas que tienen diferentes idiomas, enfoques culturales, visión histórica, es lo que alcanzamos a tener ahora, quizás en el futuro lo cambiemos, quién sabe. Es el fruto del entendimiento entre comunidades, no es algo inmóvil», mencionó.
Buena participación en Semana Santa, pese a la violencia anticristiana
En este aspecto, la reciente violencia y atentados producidos en Semana Santa contra población cristiana no ayudan, aunque en Tierra Santa la población católica está, en cierta manera, «acostumbrada».
Pizzaballa mencionó que «las consecuencias no fueron muy fuertes» en lo referido a la participación cristiana en la Semana Santa, como mostraron las 20.000 personas que acudieron a la celebración del Domingo de Ramos.
«Tengo que decir, y no quiero ser considerado un cínico, que no es la primera vez que tenemos problemas políticos en Tierra Santa. De alguna manera nuestra comunidad está acostumbrada a esto, lo condenamos el primer día, pero luego tenemos que seguir, la vida tiene que prevalecer», explica.
Las amenazas: pérdida de cristianos, el dinero y la formación
En términos globales, el patriarca expresa que cada una de las cuatro regiones que componen el Patriarcado Latino -Israel, Palestina, Jordania y Chipre- tienen «situaciones totalmente diferentes».
Así, mientras en Israel el número de cristianos se encuentra incluso en leve crecimiento y Palestina asiste a un claro retroceso, Jordania muestra una «situación económica muy frágil» para la Iglesia y Chipre se ve amenazado por la emergencia del tráfico de personas.
De cara al número de fieles, Palestina es la región más afectada, aunque el patriarca latino considera que si los cristianos se marchan no es «porque odien el lugar, sino porque están buscando mejores oportunidades», a lo que el conflicto político vigente no contribuye.
Ante esta disparidad, la mayor necesidad conjunta para Pizzaballa es «mantener la unidad entre estas cuatro regiones de la comunidad», así como tomar conciencia de la importancia de la formación, pues «la religión natural ya no es suficiente para afrontar los desafíos actuales y apoyar la fe, la visión y la vida de las comunidades cristianas».
En este sentido, la importancia de los Santos Lugares es fundamental. En Tierra Santa, concluye, «los Santos Lugares son estupendos instrumentos de formación, no necesitamos hablar demasiado sobre la resurrección, vamos al Santo Sepulcro y allí se convierte todo en algo mucho más comprensible».
