Tras más de una década organizando peregrinaciones a Tierra Santa con diversas agencias, Julián Alcalde se define por este orden como «católico, peregrino y agente de viajes«, amén de esposo y padre. Suele decir que hay cosas que nunca cambian entre los peregrinos que acuden con él a los santos lugares, como es la admiración al llegar o una devoción generalmente reforzada al marchar. La situación actual es particular: comienza la segunda Semana Santa con el conflicto de Israel y Palestina reactivado hace ya más de un año. ¿Será esta Semana Santa tan sobria como la anterior? ¿Se respira el mismo clima bélico? Y sobre todo, ¿cómo es volver con peregrinos, aún en guerra? Habla de todo ello con Fundación Tierra Santa tras el ser uno de los primeros en poder llevar peregrinos de la mano de Haya peregrinaciones.
-¿Cómo ha transcurrido la primera peregrinación? ¿Qué supone volver tras meses sin tener contacto con Tierra Santa?
-La primera peregrinación después de meses sin contacto con Tierra Santa ha sido un momento de gran emoción. Fue como regresar a tu hogar después de un tiempo estando lejos. Hemos tenido desde el primer día la emoción a flor de piel. Lo podíamos ver tanto en los guías, en los trabajadores de los hoteles y restaurantes como en los vendedores ambulantes. Hablando con amigos de Belén se les notaba en los ojos la emoción al ver un grupo de peregrinos. Quizá eso sea un motivo de normalidad, que es en definitiva que le quieren: la esperanza de la normalidad.
-¿Cuántos peregrinos se calcula que han dejado de ir debido al conflicto? ¿Cree que se recuperarán las cifras previas?
-El conflicto ha afectado significativamente el número de peregrinos que visitan Tierra Santa. La mayoría de grupos cancelaron su peregrinación para 2024. Nosotros, al inicio de la guerra (7 de octubre) teníamos unos 9 o 10 grupos para este año y se cancelaron todos. Si añadimos los grupos del resto de agencias, pues puedes imaginar que han sido muchísimos los grupos que dejaron de ir a Tierra Santa. Quizás 60, 80, 100 grupos.
-Y sin embargo se muestra optimista
-Con el tiempo, con acciones como la que hemos llevado a cabo en el mes de marzo con la peregrinación que hicimos a Tierra Santa, con varios sacerdotes de toda España y diferentes laicos etc… Fuimos invitados amablemente a ir, tanto por el Ministerio de Turismo de Israel como por parte de la Custodia de Tierra Santa y de esta manera comprobar “in situ” que es posible volver a peregrinar a Tierra Santa con total tranquilidad.
-¿Se percibe de alguna forma el clima bélico?
-Para nada. La frase que más se repetía entre los peregrinos que fuimos a Tierra Santa en marzo era: `Total normalidad´. Alguno comentaba que se esperaba ver todo más militarizado y nos hemos encontrado con una `normalidad´ impresionante. La `normalidad´ la pondría un poco entre comillas, ya que lo normal es encontrarte con cientos de peregrinos en todos los lugares santos y la verdad que apenas nos hemos cruzado con otros peregrinos de Filipinas y México y poco más. Esto también nos ha dado un tiempo extra para poder dedicarlo a la oración, a la reflexión etc…
-Mons. Francisco Cerro Cháves alertó recientemente de la necesidad de apoyar a los cristianos de Tierra Santa ante el peligro de que se queden «en un museo, en un recuerdo arqueológico solo». ¿La realidad de Tierra Santa hace temer algo así?
-El llamado de Mons. Francisco Cerro Chávez es realista y urgente. Según el Servicio Central de Estadística Israelí, en diciembre de 2023 la población cristiana en Tierra Santa era del 1,9%, aquí están metidas todas las denominaciones cristianas que hay. Los cristianos en Tierra Santa enfrentan desafíos constantes debido al conflicto y anteriormente a la pandemia, esto ahoga económicamente a la mayoría de familias cristianas que viven del turismo. Son las “Piedras vivas” de Tierra Santa y dependen de que vayamos a visitarlos. Es crucial que no se conviertan en meros recuerdos históricos, sino que se les apoye activamente para que su presencia y fe perduren.
-¿Ha cambiado algo en el día a día de agencias y peregrinos?
-Bueno, lo único distinto es que la gente tiene miedo de volver a Tierra Santa y opta por otros destinos. Es trabajo de las agencias ahora ayudar a concienciar a los peregrinos que se puede volver con total seguridad. Si hubiera una mínima posibilidad de estar en peligro somos los primeros en no organizar la peregrinación.
-¿Ha percibido una visión distinta en los peregrinos? ¿Valoran algo más, se fijan en otras cosas, ha cambiado la mentalidad…?
-Definitivamente, algunos peregrinos han experimentado un cambio en su enfoque. La adversidad puede profundizar la devoción y hacer que los lugares sagrados cobren aún más significado. En lo personal, te diré que nunca me había abrazado con tanta gente como esta vez pasada, con judíos y palestinos.
-¿Cuál es el plan a medio plazo? ¿La gente quiere ir o hay que `tirarles de las orejas´?
-El plan a medio plazo es fomentar la confianza en la seguridad y promover la ayuda urgente y necesaria a Tierra Santa. Las agencias deben comunicar de manera efectiva que Tierra Santa, a día de hoy, es un lugar seguro y resaltar la importancia de la experiencia de la peregrinación. La gente quiere ir, pero se necesita aliento y apoyo. En algunas ocasiones me gustaría coger a algunos peregrinos por las orejas y llevarles a Tierra Santa, pero no es la mejor manera (risas)…
-Hasta poco antes de que comenzase el conflicto, era palpable un incremento de la hostilidad de algunos sectores de la población judía hacia los cristianos. ¿Cree que este impasse hará como si no hubiese pasado nada o se mantendrá la tensión?
-Gran parte del conflicto está en el ámbito político. Es cosa de Israel y el grupo terrorista Hamás. La población en general quiere salir de todo este conflicto cuantos antes y regresar a la normalidad del lugar. Es cierto, que quieras o no, todo este conflicto afecta en el estado anímico y en las relaciones personales entre israelís y árabes. Por eso, en mi opinión, debemos ayudar a la población a una mejor conciliación.
-¿Podrán disfrutar los peregrinos de la Semana Santa con normalidad? El vicario de la Custodia de Tierra Santa Ibrahim Faltas acaba de decir que no se podrá participar en las «ceremonias importantes»
-No sé exactamente a qué se refería Fray Ibrahim Faltas, habitualmente es complicado visitar Tierra Santa en Semana Santa por la complejidad de los horarios, distribuciones de los lugares Santos, ya que muchos son compartidos por diferentes denominaciones cristianas. Es todo un mundo. Siempre es complicado y seguirá siendo así, pero no por la guerra. El grupo que vaya en Semana Santa se encontrará lo habitual de esa tierra.
-¿Cuál es el papel que la comunidad cristiana está adoptando ante el conflicto, su mensaje…? ¿Por qué destaca? ¿Cómo reciben a los nuevos peregrinos?
-Es una situación complicada y desagradable, muchos de ellos tienen familiares y amigos en Gaza y lo están pasando mal. Sin embargo, el mensaje que nos dan es de esperanza, cargado de fe y con la ilusión de que pronto volverán a la normalidad. Es curioso que ellos son los que nos den ánimos a nosotros… Quiero destacar el testimonio de mi amigo Vladimir que vive en Beit Jala (Belén), el es guía de peregrinos y nos decía que el conflicto está muy focalizado en Gaza. En el resto de la Tierra Santa, sobre todo en la zona de peregrinación, no hay ningún peligro, todo está abierto y funciona con normalidad.
Nos esperan con los brazos abiertos, mi amigo me decía emocionado que nosotros éramos el primer grupo que tenía desde la guerra… Eso significa 6 meses sin trabajar y sin que entre dinero en su casa.